Teresa Martínez-Risco: «En Nepal me sentí como en mi casa, tiene una energía que te engancha»

Irene Martín SANTIAGO / LA VOZ

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Teresa Martínez-Risco advierte de que aquí hay gente cerca, pero allí no tienen a nadie
Teresa Martínez-Risco advierte de que aquí hay gente cerca, pero allí no tienen a nadie SANDRA ALONSO

Colabora con oenegés que sacan de la calle y ofrecen un futuro a niños y jóvenes

12 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Nació en Ourense, creció en A Coruña y desde que se licenció en Pedagogía ya no se fue de Santiago. Teresa Martínez-Risco Ligero se enamoró de Nepal tras viajar con una amiga que iba a buscar a un joven que quería cursar estudios superiores en España. «Mi amiga María había conocido a este chico en un viaje solidario y casi se convirtió en su madre, porque ella lo siente como su hijo. Yo le había echado una mano con el visado, así que me animé a ir cuando me propuso viajar con ella. La verdad es que me emocioné con la historia de este chaval, Jeewan, y de repente me apeteció un montón acompañarla a Nepal», resume esta mujer que no ceja en su empeño por ayudar a la causa a través de dos oenegés: Camina Nepal (A Coruña) y Creative Nepal, una organización local que representa los intereses de los niños y jóvenes en el país del Himalaya. Tres huérfanos que hicieron sus carreras con becas fundaron esta asociación con sede en la capital, Katmandú, y buenos conocedores de la problemática y las deficiencias existentes dentro de los orfanatos, así como en las aldeas de las que proceden muchos de los niños que son abandonados, tal como reza su sitio web.

Teresa y María se desplazaron a Nepal en diciembre del 2022. «Solo estuvimos una semana y me llegó. Conocí a los miembros de Creative, cómo supervisan las ayudas de las oenegés, controlan que los chavales aprovechen bien los estudios que se les están sufragando… Lo que más me impactó fue que allí hay muchas oenegés dedicadas a la infancia, pero no conocía una experiencia como esta. Porque los niños, cuando salen de los orfanatos, se quedan perdidos. Así que Creative hizo un centro que es como una residencia donde conviven los que estudian una carrera. Llevan diez años sacando niños de la calle. Hacen una labor de acompañamiento de estos chicos y los ayudan a emanciparse», relata Martínez-Risco, al tiempo que recuerda el terremoto que sufrió el país en el 2015, que se llevó por delante unas diez mil vidas provocando una grave crisis humanitaria.

Ella regresó al país de las cumbres montañosas y santuarios budistas en septiembre del año pasado, llevando consigo a algunos amigos y conocidos que se interesaron por su experiencia en Nepal: «Fueron dos semanas, un viaje intenso y maravilloso. Me sentí como en mi casa, el país tiene una energía increíble. Había estado en otras partes del mundo, pero allí sentí una energía tan especial que te engancha». Indagando en las razones de esa atracción, Teresa habla del amor incondicional que te da aquella gente que no tiene nada. «Cuando regresamos, los que me habían acompañado me decían que había sido un viaje que no olvidarían en su vida. La gente va a Nepal por sus montañas, pero vuelve por su gente. Allí me siento nepalí», afirma.

Ante tal magnetismo, esta periodista le pregunta qué piensa sobre las necesidades que hay en nuestro entorno: «Aquí hay gente cerca, allí no tienen a nadie. Por ejemplo, Creative está tratando de montar una especie de formación profesional para dar un futuro a los chavales que no quieren estudiar, pero que puedan aprender un oficio. Y, por cierto, también estoy interesada en hacer algo de voluntariado aquí».

Y a la observación de que hay muchas más voluntarias que voluntarios, Teresa responde que las mujeres tienen otra sensibilidad. «Las mujeres somos más emotivas y los hombres, más prácticos. Si vas a un hospital, ¿quién acompaña al enfermo?, pues la mujer, la hija, la tía, la hermana… Es así. Y las mejores notas las llevamos las mujeres, pero son ellos los que ocupan los puestos directivos. Yo estudié una carrera muy femenina, pero los catedráticos eran hombres. Hemos aguantado cosas que ni nos dábamos cuenta. Pero ahora ya no hay vuelta atrás en el terreno de la igualdad», concluye esta mujer valiente y decidida.