Pequeñas obras frente a las protestas por las riadas en Santiago

Margarita Mosteiro Miguel
MArga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Los vecinos con inundaciones reiteradas demandan al Concello cambios profundos

31 oct 2023 . Actualizado a las 08:38 h.

Los residentes, hosteleros y comerciantes de los puntos inundables de Santiago están hartos de repetir una y otra vez que son necesarias obras de cierta envergadura para terminar con las riadas que les ponen en jaque cada vez que llueve. Unas obras que vienen reclamando desde décadas y que, por ahora, siguen pendientes de financiación. Las inundaciones y riadas recientes, reiteradas tres veces en los últimos diez días en diversos puntos del casco urbano compostelano, acabaron con la paciencia de los afectados.

Operarios municipales reforzando el bordillo con la intención de proteger de inundaciones las piscinas de Sar
Operarios municipales reforzando el bordillo con la intención de proteger de inundaciones las piscinas de Sar XOAN A. SOLER

Frente a la demanda vecinal, desde el Concello se reconoce la necesidad de afrontar obras profundas en la red de alcantarillado y pluviales en varios puntos de la ciudad, pero esta necesidad choca con las disponibilidades económicas del Ayuntamiento. La alcaldesa, Goretti Sanmartín, dijo este lunes que existen «unhas deficiencias nas infraestructuras dende hai anos», y apuntó que hay un proyecto de más de un millón de euros para la zona de Fontes do Sar, «que hai que actualizar e buscar financiamento». Entretanto se ejecutaron unas obras menores para intentar paliar los efectos de las trombas de agua. Suso Domínguez, concejal de Obras, explicó que, por ejemplo, se reforzó el bordillo, y se ampliará la rejilla en la zona del paso de peatones. Además, se está realizando una cata para verificar el sitio exacto por donde pasan las canalizaciones de gas, y «poder tomar unha decisión sobre a evacuación da auga». En cuanto a los problemas de la rúa do Franco, Domínguez indicó que «novamente o problema ven de abaixo, a rede de sumidoiros non ten capacidade; hai un proxecto de máis de un millón de euros, pero ten que ter financiamento».

Al margen de la obra en las canalizaciones, el concejal apuntó que Viaqua revisará nuevamente el estado de las tuberías en Fonseca y el Franco para comprobar que no hay acumulación de residuos. Explicó que las grasas y aceites que se tiran por el desagüe, junto al empleo de detergentes industriales, forman unos bloques de un material compacto, parecido al jabón, que reducen el diámetro de la tubería. En este sentido, pidió a los hosteleros que reciclen este tipo de materiales, y confirmó que Viaqua realiza limpiezas periódicas de las tuberías.

Rúa do Franco y Rial de Conxo

Ante la falta de inversiones desde el Concello, los afectados por las inundaciones buscan soluciones alternativas para reducir los efectos sobre sus bienes. En la rúa do Franco, en su tramo más próximo al Obradoiro, el propietario del restaurante O Portón, Francisco Ríos, que sufrió este año doce inundaciones en su local de comidas, dispone de dos bombas que sacan el agua que se estanca delante de su establecimiento hacia la Travesa de Fonseca. El problema, además del escaso diámetro de la canalización, está también en el hecho de que la rúa do Franco está más baja que la Travesa de Fonseca, por lo que el agua se queda estancada. Gracias a las bombas de agua del particular, los comercios de la misma calle se libraron de la inundación del sábado. Aun así, los comerciantes disponen de unos tableros que sujetan en las puertas del local para frenar la riada.

Riada en la rúa da Decoita
Riada en la rúa da Decoita

Por su parte, los vecinos de Rial de Conxo formaron un grupo de wasap para dar la voz de alerta cuando el agua comienza a entrar en los garajes entre los números 4 y 12 de esa calle. «Cuando entra agua, vamos a echar una mano», explicó Cédric Denolf, presidente de la asociación de vecinos recientemente constituida. El portavoz explicó que el problema es que, cuando se construyeron las viviendas, no se tuvo en cuenta la cota de las canalizaciones, y «evidentemente el Ayuntamiento dio licencia sin resolver este asunto». Aunque los vecinos presentaron un escrito este verano, «no nos han dicho nada, no hay respuesta», y por la falta de atención decidieron recurrir al Valedor do Pobo para pedir su amparo. «Hace 40 años que no se invierte nada», dijo. El túnel de Rial «está lleno de piedras y barro, pero nadie pasa a limpiar», explica.

Protesta con humor en O Viso

En O Viso también se mostraron hartos de reclamar al Ayuntamiento mejoras en el sistema de recogida de pluviales para evitar que las viviendas se inunden cada vez que llueve. Una residente en la zona aseguró que, independientemente de los momentos de más intensidad, los vecinos están teniendo problemas también cuando la cantidad de agua es menor, y culpan de ello al hecho de que «no hay un sistema de recogida de pluviales a la altura de las agua que caen desde el monte y desde la Cidade da Cultura». En momentos como los del pasado sábado, la calle central de O Viso se convirtió en un río, y los vehículos de los residentes no podían bajar hacia el multiusos, ni tampoco pudieron subir los de aquellos vecinos que no estaban en sus casas cuando comenzó la riada.

En el barrio de O Viso aseguran que las inundaciones son mucho peores desde que se completaron los edificios del Gaiás, porque los movimientos de tierras agravaron la situación al no ir unido el acondicionamiento de las canalizaciones a las nuevas necesidades del entorno.

Uno de los vecinos de O Viso más afectados es Sergio Rouco, que reside en una de las casas situadas al final de la ladera, en la zona más próximas a las pistas de pádel de Sar. El pasado sábado hizo un vídeo de protesta, con humor. En medio de la riada invitó a participar en una jornada de pesca. No tuvo problemas para sentarse, más o menos cómodamente, en un silla plegable y tirar de caña. Pescar no pescó, pero su verdadera intención era llamar la atención para que les hicieran caso. Consiguió sobradamente su objetivo.