A Lanzada desvelará a sus visitantes este verano cómo negoció con el Mediterráneo 

Sanxenxo / La Voz

SANXENXO

Los arqueólogos excavarán el yacimiento de la Edad de Hierro en el acceso a la ermita de la playa

03 mar 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

A Lanzada, en Sanxenxo, es como un puzle histórico, un enigma que haría las delicias del mismísimo Indiana Jones. A menos de un metro del suelo que pisan cada día del verano miles de visitantes y bañistas que se acercan a su ermita, se ocultan los secretos del comercio marítimo internacional en la Edad del Hierro, antes de la llegada de los romanos. Armados no ya con lanzas y escudos de las legiones, sino con cepillos, palas e infinita paciencia, los arqueólogos volverán a A Lanzada el próximo verano para una nueva conquista, en este caso científica, para desenterrar parte del dos veces milenario complejo industrial y zanjar, quizás, algunos de los misterios de los primeros gallegos.

Nadie sabe a ciencia cierta qué secretos duermen bajo la tierra de la playa sanxenxina. Este yacimiento se empezó a excavar en 1952 y sus sucesivas campañas han ido de sorpresa en sorpresa. Por eso se incluyó en los planes del convenio del 1 % cultural de Fomento y la Diputación.

Los turistas podrán disfrutar este verano no solo de una playa como pocas en Galicia, sino también de una excavación arqueológica en vivo y en directo. Una campaña científica moderna no tiene el glamur de Howard Carter con los tesoros de Tutankamón, pero unos pedazos de loza o una pequeña pieza de bronce pueden tener, a los ojos de los historiadores, más importancia que todo el oro del mítico rey Minos.

Y es que son las pequeñas piezas, despreciadas en otros tiempos a favor de los grandes monumentos, las que revelan el día a día de los primeros gallegos y dejan evidencia sus relaciones comerciales. En este sentido, A Lanzada fue una factoría, un puesto industrial de salazón, desde donde los antiguos gallegos comerciaban con lugares lejanos, no solo griegos, sino también del Mediterráneo Oriental. En este entorno sanxenxino se han documentados materiales procedentes de lugares tan distintos como Italia, la norteafricana Túnez o la costa de Palestina y Líbano. Gran parte del viejo poblado sigue aún sepultado. En unos meses se sabrá si la tierra soltará alguno de esos misterios.