Una «ñapa» no tapa el problema

PONTEVEDRA CIUDAD

Trabajos de reparación del resalte en Domingo Fontán, ejecutados esta semana por el Concello de Pontevedra
Trabajos de reparación del resalte en Domingo Fontán, ejecutados esta semana por el Concello de Pontevedra CAPOTILLO

El bacheado del resalte de la vergüenza en el puente sobre la AP-9 en Domingo Fontán no disimula la necesidad perentoria de la reforma del nudo de Bomberos

17 mar 2024 . Actualizado a las 07:34 h.

La ñapa acometida por el Concello de Pontevedra y realizada por operarios de la constructora E.C. Casas acabó esta semana, por fin, con el vergonzoso resalte en el puente de la avenida Domingo Fontán que sobrevuela la autopista. Seguro que lo han padecido. Miles de conductores obligados a reducir marchas para aminorar el impacto que semejante deformidad del firme ocasionaba en neumáticos y sistemas de amortiguación de nuestros coches.

Diversos estudios de tráfico sitúan entre 22.000 y 37.000 los vehículos que a diario circulan por ese tramo entre el puente de As Correntes, la rotonda de Bomberos y la diversidad de enlaces de entrada o salida a la ciudad. La mayor parte de esa marea de vehículos sufrían el resalte, también llamado de otras formas. Incluso saltó en redes sociales. En Google fue identificado como «el escalón de la muerte», denominación un tanto forzada pero muy sonora que corrió como la espuma, con numerosas reseñas y puntuaciones que hizo tristemente famosa a Pontevedra en Internet.

Peloteo

Lo más grave de este asunto es que para acometer el arreglo de semejante resalte han tenido que pasar un montón de años durante los que hemos asistido a un lamentable peloteo entre Concello, Ministerio y Audasa a propósito de quien tenía la competencia para bachear.

La avenida Domingo Fontán es de titularidad municipal. Pero el puente es propiedad del Estado (Ministerio de Fomento, ahora Transportes) si bien como sobrevuela la autopista AP-9, también Audasa es competente en la materia. Es un lío de titularidades que da lugar al escaqueo que viene de muy atrás. De hecho, el último arreglo fue en 2014, siendo Rafael Louzán presidente de la Diputación. Tiró por la calle del medio y mandó a personal y medios del parque provincial de maquinaria a bachear. Antes, en 2004, fue la última vez que la concesionaria de la autopista había acometido otro arreglo del escalón.

Es un problema obstinado con numerosas recidivas. Surgió poco tiempo después de abrir al tráfico de ese viaducto de conexión. Es decir, en la década de los 90. La explicación de los ingenieros es que las pilastras de ese puente se asientan sobre un terreno inestable, debido a los rellenos que se realizaron para eliminar un antiguo vertedero de basuras que existía en esa parte del municipio. Ese problema de asentamiento es el que afecta a las juntas de dilatación del puente. Siempre ha sido más grave y notorio en el sentido de circulación de ida hacia el parque de Bomberos, aunque también se percibe la deformación circulando en el sentido contrario.

Sin PGE, nuevo retraso

Al final el Concello ha decidido acometer la eliminación de semejante badén silvestre no programado. Toda una paradoja para un gobierno municipal tan enamorado de los «lombos» que incluso ha convertido las vías de acceso al Hospital de Montecelo en trazados de rali que ponen a prueba a los conductores de ambulancias y a los pacientes que trasladan.

¿Por qué se encargó el Concello de la ñapa? Pues porque no está nada claro cuando se acometerá la reforma de ese entramado viario. De momento solo se están realizando estudios geotécnicos. Si tomamos al pie de la letra lo dicho esta pasada semana en Pontevedra por Pedro Blanco, actual delegado del Gobierno en Galicia, las obras del nudo «arrancarán máis pronto que tarde». Pedazo de evasiva. Agravada por la confirmación de que este año no habrá Presupuestos Generales del Estado por la zancadilla de Pere Aragonés al Gobierno de Pedro Sánchez al convocar anticipadamente elecciones en Cataluña.

Aunque el Ministerio ya adjudicó a la constructora COMSA —catalana, por cierto— la reforma del nudo, por un precio de 9,5 millones de euros, la realidad es que, con los PGE de 2023 prorrogados para 2024, la única dotación que aparecía en los presupuestos del año pasado para ejecutar el nudo son … 1,5 millones de euros. El resto queda paralizado y deberá presupuestarse en siguientes ejercicios. Y, además, quedan aún pendientes trámites burocráticos entre Concello y Estado a propósito de permutas de terrenos y deberá acordarse un plan de tráfico para sortear las obras en una zona tan sensible.

Sobrecarga

El auténtico problema de fondo que demanda la urgente reforma de ese nudo (que llevamos esperando más de una década) es la pésima conectividad que existe actualmente en esa zona del municipio, agravada desde que se construyó el puente de As Correntes y sucesivas decisiones del Concello en materia de tráfico, la han sobrecargado de vehículos. Algunas de esas decisiones solo se pueden entender porque provienen de aficionados o de tercos. ¿Cómo se les puede ocurrir meter a una rotonda estrecha y de carril único, todo el torrente de vehículos que acceden por dos carriles del puente más todos los demás que circulan por Domingo Fontán? Pues así seguimos sin que se haya buscado alguna corrección. Y no esperen que la Policía Local acuda a regular el tráfico. Los agentes escapan de ese y de otros marrones circulatorios que los gobiernos municipales de Lores han ido generando en estos años, escudados en el mantra del «modelo de cidade».