El área sanitaria de Pontevedra activará en marzo el protocolo de donación en asistolia controlada

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El doctor José Luis Martínez Melgar, responsable de la Oficina de Coordinación de Trasplantes (OCT) del área sanitaria de Pontevedra, este miércoles en Montecelo, con la directora asistencial, Susana Romero
El doctor José Luis Martínez Melgar, responsable de la Oficina de Coordinación de Trasplantes (OCT) del área sanitaria de Pontevedra, este miércoles en Montecelo, con la directora asistencial, Susana Romero CAPOTILLO

Permitirá gestionar la cesión de órganos provenientes de pacientes con daño cerebral catastrófico, enfermedades neurodegenerativas, cardíacas o respiratorias en fase terminal

31 ene 2024 . Actualizado a las 19:45 h.

Cinco años, desde principios del 2019. Es el tiempo que se llevaba hablando en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés del protocolo de donación en asistolia controlada. El responsable de la Oficina de Coordinación de Trasplantes (OCT) del área, el doctor José Luis Martínez Melgar, confirmó este miércoles que ese procedimiento se activará en el mes de marzo, como muy tarde. Ese protocolo, que está pendiente de la firma final pero que ya cuenta con el visto bueno del comité de ética asistencial, consolidará las donaciones en asistolia en el Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP), iniciativa que se integrará en el protocolo del cuidado integral al final de la vida de los pacientes de la unidad de cuidados críticos (uci), destacando que los profesionales asegurarán la transparencia, la información y la confidencialidad en este proceso.

Hasta ahora en el CHOP, que es un hospital de segundo nivel (sin área neuroquirúrgica) y donde solo se explantan órganos (no se trasplantan), solo se producía la donación de órganos en pacientes en muerte cerebral. Con la aplicación del protocolo de donación tras la muerte circulatoria, más conocida como en asistolia controlada, se podrá llegar a pacientes que hasta ahora se perdían. No obstante, Martínez Melgar indicó que serán tres o cuatro al año, aunque sí son muchos tendiendo en cuenta que en el 2023 los donantes reales en el área sanitaria fueron tres. Donante real, a diferencia del potencial, es aquel que va a quirófano. El nuevo protocolo gestionará las donaciones provenientes de pacientes con daño cerebral catastrófico, enfermedades neurodegenerativas, cardíacas o respiratorias en fase terminal. Como el procedimiento para la extracción de los órganos es diferente en parada cardiorrespiratoria que en muerte encefálica, se lleva a cabo una formación dirigida al personal del área quirúrgica. Quienes van a realizar el explante serán equipos de Santiago y A Coruña. «Implica mayor infraestructura porque tienen que venir equipos con aparataje, hay que recircular esa sangre... En todo caso, también en este protocolo hay criterios de edad, por debajo de 70 años en pacientes en asistolia controlada», apuntó Melgar.  

Balance del 2023 en Pontevedra

En cuanto al balance de la Oficina de Coordinación de Trasplantes, el pasado año se gestionó la donación de cinco órganos (dos hígados y tres riñones) y dos córneas. Fue gracias a tres donantes reales. Donantes potenciales hubo más, pero no se concretaron en reales debido a dos negativas familiares y otras dos contraindicaciones médicas por causas clínicas y metabólicas (neoplasias). Melgar achacó la bajada de donantes reales con respecto al 2022, cuando hubo ocho, a que en ese ejercicio «se dispararon las cifras al ser un año pos pandemia en el que dejaron de controlarse factores de riesgo cardiovascular». Insistió en que por el tipo de hospital y de paciente la principal causa de muerte encefálica es por enfermedad cerebrovascular aguda, sea de tipo hemorrágica o isquémica. Se constata, dijo, la desaparición del paciente con traumatismo craneoencefálico (TC), y los que se producen no son por accidentes de tráfico, sino por caídas. Remachó el coordinador que la media de edad de los últimos cinco años del donante del área de Pontevedra está en los 77 años, lo que hace que los órganos torácicos no se puedan explantar aunque sea viable.

Respecto a las negativas familiares, indicó que lo habitual es que las reticencias lleguen cuando el paciente es mayor. «Lo normal es que en el caso de un donante más joven la familia sea más proclive a favorecer y darlos ellos en la primera entrevista. Los donantes añosos tienen una pareja y lo ven de otra manera, no quieren que se le toque, que vaya intacto. Tradicionalmente tiene que ver con la edad. Los hijos pueden estar de acuerdo, pero si te dicen, tengo que hablar con mi madre o con mi padre, ya sabes que lo más probable es la negativa», precisó. La directora asistencial del área, Susana Romero, destacó, pese a la bajada de donantes reales en Pontevedra, que Galicia es una comunidad muy solidaria. En el 2023 se hicieron 331 trasplantes en sus hospitales. No solo se donaron órganos de pacientes fallecidos, sino también de donantes vivos, 24 órganos, sobre todo riñones.