Se busca tabernero para un bar sin alquiler pero donde el pueblo manda

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

A LAMA

emilio moldes

Si hay candidatos, los vecinos de Xesta decidirán en urna quién es el mejor para llevar las riendas del negocio

04 dic 2018 . Actualizado a las 15:31 h.

Hay quien dice que Galicia es el país del millón de vacas y del millón de bares. Pero eso no siempre es cierto. Porque en la Galicia vacía, la zona rural, las tascas en las que se tomaba la chiquita y se compraban también los víveres fueron cerrando sin que otros negocios las relevasen. Donde sobreviven, las tabernas se han convertido en un punto neurálgico de actividad social. Ocurre en Xesta, en A Lama, donde la única taberna existente es la piedra angular de la convivencia de una parroquia metida en el monte. En ella se hacen nada menos que quince comidas de vecinos al año, con una media de 70 comensales cada una. Y en ella los hombres echan rondas al subastado y las mujeres juegan el cinquillo tarde tras tarde. O echaban. Porque, ante la ausencia del tabernero que hasta ahora la regentaba, el local está cerrado a cal y canto. Y eso es un problema de órdago. De ahí que se esté buscando una solución ya.

El local de la taberna pertenece a la asociación de vecinos. Y eso facilita las cosas. No en vano, en asamblea, se decidió que no se cobra alquiler por el local para hacerlo más atractivo. También se acordó abrir un plazo -que expira este mismo miércoles a última hora- para quienes deseen regentar la taberna se anoten. Como en Xesta son muy dados al asunto democrático, votaron si preferían que el bar solo pudiesen llevarlo vecinos de la propia parroquia o que la convocatoria fuese abierta a todo el mundo. Y se decantaron por la segunda opción.

Hicieron el anuncio en las redes sociales y comenzó a funcionar el boca a boca. De momento, mostraron interés doce personas, aunque la mayoría todavía no formalizaron su solicitud -para hacerlo se debe mandar un correo elecrfónico a enriquevaqueiro@yahoo.es-.

¿Cómo se decidirá quien acaba sirviendo tequilas, mezcal y alguna que otra enchilada -cabe recordar la íntima conexión de A Lama con México y lo mucho que le gusta a los vecinos disfrutar de la gastronomía del país-? Ahí está el intríngulis de la convocatoria. El pueblo manda. Y será este el que elija, en una votación prevista para el sábado, quién es el mejor tabernero para el único bar de A Xesta.

Cinco minutos de discurso

Antes de decantarse por una de las opciones, la asociación de vecinos cree que lo mejor es escuchar a todos los candidatos. Así que la convocatoria de elecciones se hace con todas las de la ley. Los candidatos que quieran regentar el bar contarán con cinco minutos cada uno para exponer sus proyectos e intenciones para la taberna. Luego se celebrará una comida de confraternidad, que en esta ocasión, ante la falta de servicio, organizan los propios vecinos. A partir de ahí, sin trampa ni cartón y con urnas de por medio, se procederá a la votación. Tendrán derecho a voz y voto no solo los socios de la asociación vecinal. Se deja votar a todos los mayores de edad de la parroquia. Vecino arriba vecino abajo, son 250 personas. Todas con poder para elegir tabernero.

Los vecinos tienen que recorrer ahora siete kilómetros hasta el bar más próximo, en Antas

La taberna de Xesta, uno de esos sitios de la provincia donde no es raro que nieve, es el único bar en siete kilómetros a la redonda. Desde que cerró, si quieren echar la partida al calor de una consumición, a los vecinos no les queda más remedio que conducir a la vecina parroquia de Antas. De ahí que les urja que reabra su punto de reunión.

En el bar, más allá de jugar la partida, beber tequila o hacer comidas, los vecinos también se reúnen para mil y un actos. No en vano, el local dispone de varios salones para hacer charlas, cursos o acoger exposiciones. Dicen desde la asociación de vecinos que no suele faltar clientela, sobre todo en verano, cuando el retorno de los emigrados en México multiplica la población y hay celebraciones por doquier. Como mínimo, el colectivo vecinal hace quince comidas al año en la taberna. Y es frecuente que también acudan a comer los cazadores durante la temporada que van al monte.

Hay que dejar una fianza

La taberna, además de con el mobiliario previsible, como mesas, sillas o cafetera, cuenta con enseres para dar de comer a unas 200 personas. El que quiera ser tabernero debe saber que está libre de pagar el alquiler pero, eso sí debe depositar una fianza de 500 euros. Además, correrán de su cuenta los gastos de luz, contribución, basura y seguro de responsabilidad civil. El contrato tendrá una duración de un año y posibilidad de prorrogarse a otros dos más.

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