Cinco lugares que el sol invita a descubrir y disfrutar en Pontevedra

Marcos Gago Otero
Marcos Gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Playa fluvial de A Calzada, Ponte Caldelas
Playa fluvial de A Calzada, Ponte Caldelas CAPOTILLO

Arqueología, espacios naturales y curiosidades escultóricas en una comarca que siempre sorprende

15 abr 2024 . Actualizado a las 15:32 h.

La comarca de Pontevedra es uno de esos lugares que aparece siempre en las guías de turismo de Galicia, pero, aparte de las grandes referencias culturales y naturales, además del ocio y de las playas más concurridas, tiene todavía elementos de interés suficiente y que pasan más inadvertidos. Las posibilidades son múltiples, pero ahora que el sol parece que nos va a acompañar durante un tiempo, es quizás un buen momento de saber de algunos y apuntarlos para cuando uno pueda tener disponibilidad de conocerlos. Esta es nuestra propuesta.

Restos de las piletas de salazón de hace unos veinte siglos en A Lanzada, Sanxenxo
Restos de las piletas de salazón de hace unos veinte siglos en A Lanzada, Sanxenxo MARCOS GAGO

1. A Lanzada arqueológica, en Sanxenxo, más allá de la ermita y su torre

Sanxenxo es sinónimo de turismo. No en vano sus vecinos presumen de vivir en la capital turística de las Rías Baixas y de tener dentro de su territorio municipal uno de los lugares más mágicos de Galicia: la playa de A Lanzada, con su famosa ermita y el baño de las nueve olas. Miles de personas se acercan hasta este entorno todos los días del verano y pasan con sus móviles camino del pequeño templo románico que se alza en la cumbre de la entrada hacia el mar. Sin embargo, pocos son los que saben que pasan al lado de unos restos arqueológicos que se encuentran entre los más interesantes de la provincia y quizás de la Galicia antigua, por la calidad y cantidad de sus hallazgos. 

Justo al entrar en el vial de tierra que lleva hacia la ermita, y a la altura más o menos de la rotonda del cruceiro, se encuentra, en el lado que mira a la playa de Foxos, los restos de un complejo industrial que data de varios siglos antes de nuestra era y sobre los que, en sucesivas capas se superponen restos de época romana hasta su abandono. En este lugar se encontraron esqueletos romanos y medievales, que causaron una gran expectación entre la comunidad científica gallega porque no es tan habitual encontrar en una misma parcela restos humanos de la época imperial y también de los primeros siglos de la Edad Media. También aquí, entre los cimientos de las edificaciones, se pueden observar todavía los suelos de las que fueron piletas de salazón y que sirvieron para llenar las ánforas que los romanos empleaban para abastecer toda la comarca y más allá con nuestros productos pesqueros. Y es que la fama de los pescados pontevedreses data, como podemos ver, de más de dos mil años. 

Zoo, en Cuntis, con agua
Zoo, en Cuntis, con agua emilio moldes

2. La laguna de Zoo, en Cuntis

Este podría catalogarse como uno de los lugares más curiosos, desde el punto de vista de los humedales, en la provincia de Pontevedra. La laguna de Zoo, en lo alto de la cumbre del Mesego, en el municipio de Cuntis, es uno de esos entornos que cambia radicalmente según van pasando las estaciones. En invierno, es un gran estanque. En verano, cuando las lluvias han quedado ya muy atrás, se transforma en un pastizal. En diciembre, aquí se puede escuchar el croar de las ranas. En agosto, los caballos pueden estar comiendo tan tranquilos en donde hace solo tres meses el agua les habría obligado a nadar. Así es Zoo, uno de esos puntos tan especiales y de interés natural innegable, que figura en el inventario oficial de humedales de Galicia, elaborado por la Consellería de Medio Ambiente.

La laguna de Zoo puede servir de excusa para conocer mejor Cuntis, un municipio que destaca también como uno de los referentes del termalismo gallego, con unas instalaciones modernas que recogen la tradición heredada de hace dos milenios, porque ya les gustaba a los romanos ir allí a tomar las aguas.

Los vecinos de Marín tienen desde el 2016 su banco con vistas panorámicas sobre la ría. Se ubica en la ladera del monte cercano a Pastoriza y desde el enclave se puede divisar Ons, Beluso, Sanxenxo y Sálvora.
Los vecinos de Marín tienen desde el 2016 su banco con vistas panorámicas sobre la ría. Se ubica en la ladera del monte cercano a Pastoriza y desde el enclave se puede divisar Ons, Beluso, Sanxenxo y Sálvora. CONCELLO DE MARÍN

3. El monte de Pastoriza, en Marín, un espectacular balcón sobre la ría

La aldea de Pastoriza, en lo más alto de los montes de O Morrazo, pertenece a la parroquia de Ardán, en Marín. Oculta entre espesos bosques, y una sinuosa carretera, se puede acceder tanto desde la PO-551 en el cruce de Serraseca, subiendo unos cuantos kilómetros por la ladera, o también desde el cruce de A Cruz da Maceira, en la PO-313, en donde se unen Marín y Moaña. Una vez en Pastoriza, que llama la atención por sus carballeiras, un camino en condiciones pésimas por los baches y escasa anchura, conduce directamente a las antenas de televisión y radio y, si se aparca en frente de este recinto, se puede seguir a pie dos o tres minutos un camino de tierra que lleva a una amplia ladera que domina toda la ría. 

Desde este monte se pueden ver perfectamente las islas de Ons y Onza, a la entrada de la ría de Pontevedra, la península de O Grove, la silueta a lo lejos tanto de Sálvora como de A Curota, ya en Barbanza, y toda la línea de costa de O Salnés, con San Vicente, Portonovo, Sanxenxo, Raxó y Covelo. Se puede ver Seixo y las playas de Loira y de Aguete como si uno las sobrevolase en avión. Es un espectáculo magnífico, pero hay que tener en cuenta una cosa: que se escoja un día soleado sin niebla. En este punto se entronca con una ruta de senderismo, y también hay un banco desde donde poder disfrutar de las vistas.

Playa fluvial de A Calzada, en Ponte Caldelas
Playa fluvial de A Calzada, en Ponte Caldelas CAPOTILLO

4. La playa fluvial de A Calzada, en Ponte Caldelas

El río Verdugo, que esculpe un valle que avanza desde el interior de la provincia hasta su desembocadura en la ría de Vigo, encuentra poco antes del núcleo urbano de Ponte Caldelas, un remanso de paz, cuando no llueve, en A Calzada. Esta es una playa fluvial que además fue la primera de España en recibir la distinción de bandera azul, galardón que recibe año tras año por lo que en verano estará balizada. Una pequeña represa sirve para regular el paso del río. El Verdugo la rebasa sin problemas creando una bonita cascada en invierno. 

En A Calzada hay dos niveles para el baño. Uno por encima de la represa, que sirve para los adultos y téngase en cuenta que el río es profundo allí, aunque vaya remansado en temporada estival. El segundo, justo al pie de la represa es un pequeño receptáculo habilitado para que los más pequeños de la casa puedan chapotear sin riesgos, siempre y cuando haya un adulto vigilándolos porque un río no deja de serlo porque vaya bajo.

Todo el recorrido entre el casco urbano de Ponte Caldelas y A Calzada es de una gran belleza natural y se puede ampliar la excursión, aguas arriba, por una ruta de senderismo.

Basílica de Santa María, arte renacentista en Pontevedra
Basílica de Santa María, arte renacentista en Pontevedra CAPOTILLO

5. La basílica de Santa María la Mayor, en Pontevedra

La ciudad de Pontevedra es uno de los mejores cascos históricos de Galicia, con el permiso de Santiago, con sus calles y edificios de piedra y sus blasones asomando en múltiples fachadas. De todos los edificios de la ciudad, quedémonos con uno, muy conocido, y a la vez no tanto: la basílica de Santa María la Mayor. Construida en el siglo XV, con el empeño de sus gentes que vivían de aquella del comercio y de la pesca de una ría donde el pescado era abundante, este templo, mil veces visto por los vecinos y otras tantas por las visitas guiadas a la ciudad, tiene, entre otras cosas, dos elementos dignos de tener en cuenta. 

En la fachada principal, se despliega toda una descripción teológica, con la visión católico romana de la muerte y exaltación de la virgen María, a quien está dedicado el templo. Aquí, a uno de los lados de la puerta, se encuentra representado san Jerónimo, traduciendo la Vulgata, la Biblia a latín en la recta final del Imperio Romano de Occidente. Como no podía ser menos para la época, los personajes aparecen vestidos como pontevedreses del siglo XV, no como habitantes del ya lejano Imperio para la época de construcción de la hoy basílica. No os diré donde está Jerónimo, pero lo veréis con un objeto que no deja dudas a qué escultura lo identifica porque lleva anteojos. ¿Gafas en la Edad Media? Si podías pagártelas y encontrabas a quién se las pudiese hacer, pues sí. Ahí tenéis la prueba.

Y ya dentro del edifico, además de sus esbeltas bóvedas y arcos, en una de sus capillas se encuentra un lema que habla de un espacio dedicado por las gentes del cerco y un vecino de apellido Colón. Nos remontamos al siglo XV y esta es una de las piezas que sirvió para argumentar la tesis gallega del famoso navegante que en 1492 llegó a lo que pensó que era Asia y resultó ser América. ¿Era gallego Cristóbal Colón? En Poio te dirán que sí, y podrás visitar el museo que hay en la casa que lleva su nombre. Quién sabe. Quizás algún día se desvele el misterio. O quizás sea mejor así, no saberlo con certeza, para que mantenga su hechizo ante el visitante.