Condenado un policía nacional y su padre por una agresión a un grupo de jóvenes en A Lanzada

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Imagen de archivo de un vehículo de la Policía Nacional
Imagen de archivo de un vehículo de la Policía Nacional EP

El desencadenante, al parecer, fue el hecho de que uno de los agredidos arrojase por la ventanilla del coche un paquete de tabaco vacío

01 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un policía nacional ha sido condenado como autor de tres delitos leves de lesiones, cada uno castigado con una multa de 720 euros, por una agresión en A Lanzada, en el término municipal de O Grove. En el momento de la trifulca el agente estaba de paisano. Además, también fue condenado su progenitor, en este caso a sanciones económicas de 1.800 euros.

Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 16 de agosto del 2021 cuando un grupo de amigos abandonaba un concierto. En las inmediaciones se encontraban los dos acusados que, junto con un tercer familiar, habían cenado en un chiringuito.

En un momento dado, el agente se percató como, al salir de aparcamiento, una conductora detenía su vehículo porque se había caído un cigarrillo en el interior del mismo, momento en el que uno de los ocupantes del asiento trasero aprovechó para arrojar desde la ventanilla una cajetilla vacía de tabaco. El ahora condenado «les recriminó la actitud, diciéndoles que era policía y que se iban a enterar».

La persona que viajaba en el asiento del copiloto se apeó del coche, y siempre según la sentencia confirmada por la Audiencia de Pontevedra, trató de «mediar con él, dialogar y pedir disculpas», a lo que su interlocutor respondió mostrándole la placa de Policía Nacional. Ante «el estado de excitación» de este último, el joven se dio la vuelta para regresar al coche, momento en el que los dos acusados, obrando con la finalidad de menoscabar su integridad física, «le cogieron por los brazos para sacarlo por la ventana», que estaba abierta.

La sentencia refiere que, con el joven con medio cuerpo colgando por la ventanilla, la puerta del turismo se abrió situándose el agente detrás de la víctima, y su padre delante. Los amigos del joven se bajaron del coche, empleando dos de ellos «la fuerza necesaria para evitar que continuase la agresión», al tiempo que la víctima se quejaba de que no podía respirar.

Pruebas fotográficas

En ese momento, llegaron otros tres amigos que iban en un segundo coche. Uno de ellos se hizo con un móvil con el que sacó unas fotos que «retrataban la posición [del perjudicado] aprisionado en la ventanilla siendo tirado de sus brazos» por el padre del agente y a este último empujándole por detrás.

En esas estaban cuando el progenitor propinó un puñetazo a una de las chicas, mientras que el su hijo le dio un golpe en la cara con el puño cerrado a otra. Y, en paralelo, la víctima del coche comenzó a gritar «que se quedaba sin aire, pidiendo socorro, por lo que su novia decidió dar un patada a uno de ellos, gracias a lo cual lo soltaron, desvaneciéndose en ese instante» y perdiendo el conocimiento.

Un amigo de este le puso un bolso en la cabeza, si bien los acusados comenzaron a golpearle, le retorcieron un brazo y le golpearon la rodilla derecha.

Llegada de la Guardia Civil

En el momento de presentarse una patrulla de la Guardia Civil, uno de los acusados se identificó como Policía Nacional destinado en Palma de Mallorca. Los guardias observaron que tenía «una actitud alterada», por lo que le instaron a que se tranquilizase y se apartase a un lado, «haciendo este caso omiso de las ordenes de los agentes». 

De igual modo, aludieron a que «se encuentra bajo los efectos del alcohol, ya que es muy repetitivo y no hace caso de las ordenes que los agentes les transmiten durante la intervención». De hecho, en un momento dado, llamó la atención de los guardias manifestándoles que en «en Mallorca no se hacía así porque tenía su guardia pretoriana».

La sentencia recoge que cuatro jóvenes tuvieron que ser atendidos en urgencias del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra, mientras que el policía nacional ahora condenado fue diagnosticado de escoriaciones y contusiones múltiples en el PAC de O Grove, donde también asistieron a su padre.

La sentencia, que es firme, absuelve a los cuatro amigos agredidos, que tendrán que ser indemnizados, al igual que el Sergas, por los encausados. Los magistrados, además, decretan que se de traslado de esta sentencia a la Comisaria de destino del agente, remitiéndose la misma a través de la Comisaria Provincial de la Policía Nacional de Pontevedra.