Un último día de PortAmérica con música para todas las edades

Raquel Cocaño / N. D. A. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Con un público totalmente dedicado a los artistas que estaban sobre el escenario y que aprovechaba la últimas horas de showrocking

17 jul 2023 . Actualizado a las 15:13 h.

Tanto se notaba que era el último día de festival que a las seis de la tarde el recinto ya estaba colmado de gente. Unos esperando la apertura del showrocking a las 19.30 horas, otros escuchando actuaciones de ese momento, como la de Muerdo o Nanpa Básico.

Lo sorprendente en este tercer día de música y gastronomía fueron las esperas del público para ver a dos artistas en especial: Bad Gyal y Loquillo. Y por su puesto, la diferencia de edad. En el concierto de la artista catalana se pudo ver gente desde los 10 años hasta los 40. En el de Loquillo, teniendo lugar en la madrugada, vimos como acudía la gente adulta. Grupos de aficionados del cantante catalán entraban sobre las 0.30 horas para poder ver un espectáculo en el que todos gritaban las canciones.

Euforia que también se vio en el concierto de MClan: las manos de todos los asistentes se movían de un lado al otro siguiendo lo que decían el artista.

En cuanto al showroking, las colas ya tradicionales que se formaron durante los tres días de citas músico-gastronómicas se solaparon con las esperas para los postres de Jordi Butrón, en este caso uno hecho a base de chocolate, menta, limón y frambuesa y otro con manzana, menta y vainilla.

Entre el público, y con expresiones como La sensación que te deja el postre es que refresca, es muy fresco, disfrutaban de sus creaciones, además de comida de todo tipo proveniente del showrocking y que incluía -como el resto de días- opciones para los veganos.

Ya hacia el final de la noche, cuando la gente comenzaba a marchar y el ambiente de las foodtrucks se calmaba con respecto al resto de días, la gente intentaba continuar la fiesta afuera del recinto, aunque con mucho sueño acumulado por unos días en los que las citas con los artistas, tanto musicales como gastronómicos, han sido continuas y constantes.