Muere en el Hospital Nacional de Tetrapléjicos de Toledo el historiador que desentrañó el pasado de Valdeorras

La Voz O BARCO

RUBIÁ

Antonio Castro Voces
Antonio Castro Voces Santi M. Amil

Antonio Castro Voces, natural de Rubiá, se quedó en silla de ruedas a los veinte años, pero eso no le impidió marcharse a estudiar y convertirse en un referente en la comarca

18 ene 2024 . Actualizado a las 12:52 h.

Gran conversador, siempre dispuesto a hablar de historia, de gastronomía, de Valdeorras o de cualquier otro tema; y con una sonrisa perenne en el rostro. Es la imagen más extendida de Antonio Castro Voces (Rubiá, 1955), que ayer fallecía en el Hospital Nacional de Tetrapléjicos de Toledo. Era el centro sanitario al que fue derivado después del grave accidente que le dejó en silla de ruedas y al que regresaba periódicamente para sus revisiones. Ocurrió el 14 de septiembre de 1975, el día de las Festas do Cristo de O Barco. Precisamente fue en el trayecto entre su casa y la capital valdeorresa para disfrutar de las fiestas a las que llevaba yendo desde niño cuando su vida cambió para siempre. Lejos de cogerle resquemor a la fecha, la convirtió en su segundo cumpleaños. Ese día «volvín nacer», contaba él mismo en el pregón de O Cristo del 2014.

En aquella intervención, recordó con orgullo haber sido testigo de la puesta en marcha del IES Martaguisela, el primer instituto construido en la provincia fuera de la capital y tuvo palabras para la recuperación de las siglas del CD Barco, equipo de fútbol en el que militó «por pouco tempo». Recitó a Florencio Delgado Gurriarán y a Federico García Lorca para enfatizar su amor por la comarca, una zona a la que dedicó su vida. Porque una vez recuperado de lo peor de sus heridas tras muchos meses ingresado en Toledo, Castro Voces regresó a casa, aunque con frecuencia ingresaba de nuevo para revisiones.

Su tetraplejia no le quitó ganas de aprender, estudiar e investigar. Así que, ya en silla de ruedas, estudió Xeografía e Historia en la Universidade de Santiago. Hasta Compostela le llevaba cada día su padre para que pudiera asistir a clase. Rematados los estudios, Toño, como le conocían en su entorno más cercano, se introdujo en la investigación histórica. Aunque tocó muchos temas, Valdeorras centró su interés científico. Y de ahí salieron las múltiples publicaciones que firmó a lo largo de su vida y que divulgó a través de artículos, charlas y conferencias allí donde le llamaron. Su último trabajo versaba su querido Quereño, la aldea en la que vivió casi toda su vida. Quereño, un pobo singular salió al mercado en el 2022. El pasado mes de septiembre tenía prevista una presentación en O Barco, pero ya no fue posible. Una neumonía le mandó al Hospital Comarcal de Valdeorras. Nunca se restableció lo suficiente para marcar una nueva fecha para el evento. Su deteriorada salud empeoró. Falleció el miércoles por la tarde en el hospital de Toledo.

Castro Voces era miembro de mérito del Instituto de Estudios Valdeorreses. Desde ayer forma parte de la nómina de Valdeorreses Ilustres, según destacaba el presidente de la entidad, Aurelio Blanco Trincado, al anunciar su fallecimiento y sumarse al dolor por su pérdida. «Fuches para nós un continuo exemplo de vida. E a pesares das túas doenzas, o sorriso beatífico, o brillo dos teus ollos xamais se separaron de ti», escribía Blanco Trincado. 

La capilla ardiente estará instalada mañana viernes todo el día en el tanatorio Santa Rita de O Barco de Valdeorras. El funeral será el domingo a las 16.30 horas en Quereño.