Ourense cuida de forma desigual el legado del arquitecto Vázquez-Gulías

m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

La casa Taboada o la de Baños son los inmuebles más olvidados

17 feb 2024 . Actualizado a las 12:08 h.

El desprendimiento, el jueves, de unas chapas de la fachada del histórico edificio del antiguo Hotel Miño, en la rúa do Paseo, ha puesto de manifiesto el desigual estado de conservación de los inmuebles que diseñó uno de los arquitectos que dejó una singular huella en Ourense: Daniel Vázquez-Gulías. El edificio de la Rúa do Paseo, 4 es uno de los que presentaba una situación preocupante, como se ha evidenciado tras lo ocurrido hace dos días. Es un edificio que se proyectó en 1909 y en el que el arquitecto mostró todo su talento. Se conserva en su ubicación original y fue un paradigma de la ciudad moderna, según estudiosos de la obra del técnico ourensano. Es uno de los trabajos en los que el autor mostró su eclecticismo, con una galería en esquina y un mirador. No es la única construcción histórica del arquitecto ourensano que se encuentra en un estado de semiabandono. Ocurre con uno de los edificios característicos del modernismo que introdujo Vázquez-Gulías en la ciudad: la denominada Casa Taboada, en la calle Progreso.

La antigua Casa de Baños, en el Outeiro, es la que ha sufrido un mayor deterioro. Aprovechándose de su estado de abandono, personas ajenas se llevaron del interior «elementos de interés a nivel artístico», explica Lucila Vázquez-Gulías Vázquez, presidenta del centro cultural que lleva el nombre del arquitecto. De esas edificaciones, que incluían una vivienda familiar diseñada a modo de villa y que cerraron como local de baños en el 2012, los intrusos se llevaron mosaicos, partes de la escalera, entre otros que eran dignos de conservar. El palco de música de la Alameda de Ourense, uno de los espacios urbanísticos en los que intervino Daniel Vázquez-Gulías, también presenta un notable deterioro sin que las autoridades se ocupen de él. Hay otros elementos que evidencian la falta de cuidado con el legado histórico arquitectónico de la ciudad, como una pieza de piedra de la balaustrada del cerramiento de la plaza Bispo Cesáreo que permanece tirada en un rincón de la plaza de Los Suaves. El colegio Santo Ángel, otra obra del arquitecto ourensano, también necesitaría trabajos de rehabilitación, a juicio de la asociación Centro Cultural Daniel Vázquez-Gulías.

No todo es negativo, y el legado de Vázquez-Gulías sigue presente en la ciudad, por ejemplo en las plazas que él diseñó (Bispo Cesáreo y Santa Eufemia), en las que desarrolló en parte su idea de arquitectura reproductiva. En la misma calle del Paseo se conserva en buen estado y todavía en uso, público, como delegación de Defensa. Fue uno de los primeros trabajos de Vázquez-Gulías, de 1903. En la plaza Mayor, la utilización como espacio cultural de exposiciones de Afundación Abanca permite seguir disfrutando del edificio creado por Vázquez-Gulías en 1909. Conserva una edificación con soportal de tres arcos, sobre los que se construyeron dos cuerpos verticales rematados por pináculos y decoración calada en piedra sobre el parapeto. Es un edificio de acusado carácter modernista.

En la plaza Bispo Cesáreo, en la avenida de Pontevedra, varias de las creaciones de Vázquez-Gulías se mantienen en buen estado. Otras, en cambio, por falta de uso actual, necesitarían protección. La sede de Afundación y la de la Fundación San Rosendo son edificaciones proyectadas por el arquitecto y que conservan hoy en día su idiosincrasia.

En Santa Eufemia, otra de las construcciones ideadas por Vázquez Gulías en la esquina de la plaza con Lamas Carvajal se reformó hace unos años para albergar viviendas en apartamentos modernos y de lujo. Parecía que podría ser un posible uso para el inmueble afectado el jueves en la calle del Paseo, pero no se llegó a concretar por ahora.

 El centro cultural solicita saber si el edificio del Paseo pasó la ITE y lamenta la «desidia»

Con la ayuda de una grúa, operarios de una empresa retiraron los elementos de la cúpula del edificio de la calle del Paseo del que se desprendió el jueves un rosetón. Hubo que quitar también el pararrayos de la edificación.

La asociación Centro Cultural Daniel Vázquez-Gulías Martínez, que promueve la difusión de la obra de este arquitecto y de otros ourensano relevantes presentó en el Concello un escrito, tras el desprendimiento ocurrido el jueves, solicitando información sobre el estado de conservación del inmueble. Lo enviarán también a la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta. La presidenta del colectivo, Lucila Vázquez-Gulías, sospecha que el desprendimiento se debió a una falta de mantenimiento de la edificación durante muchos años por parte de la propiedad del inmueble —unos inversores mexicanos— pero en el escrito hace hincapié en que las administraciones tienen el deber de velar y vigilar por que se cumpla con el deber de mantenimiento de las construcciones. La presidenta del centro cultural solicita en este documento que se le facilite «vista y copia del expediente que contenga las actuaciones que se hayan realizado, tanto con Patrimonio como con ese Concello». Reclaman también la Inspección Técnica del Edificio (ITE), para saber, en el caso de que se declarara negativo, qué actuaciones se ordenaron hacer. También piden que el técnico municipal y el de patrimonio giren visita para observar qué «elementos y volúmenes se deben mantener y conservar».

En cuanto al suceso del jueves, la asociación tiene interés en saber dónde se van a guardar los elementos, rosetón y pararrayos, retirados de la cúpula del templete del edificio del Paseo por si la propiedad tiene que reponerlos cuando sea el momento.

Desde esta asociación impulsaron hace años la declaración como bien de interés cultural (BIC) para la Casa Taboada. En un pleno municipal se aprobó esta solicitud, recuerda Lucila Vázquez-Gulías. Sin embargo, nada se ha sabido desde entonces. «No tengo conocimiento de cómo está el expediente. Se aprobó la adquisición por parte del Concello y tampoco se hizo nada», asegura la presidenta, que considera «lamentable» que sucedan estas situaciones con el patrimonio social y que haya «esta desidia por parte de las administraciones». «Pediría que hubiera más sensibilidad con la cultura de la ciudad», concluye.