Esas niñas de Ourense

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OURENSE CIUDAD

Raquel Carrera y Paula Ginzo, en el centro de la imagen, tras recoger la medalla de plata
Raquel Carrera y Paula Ginzo, en el centro de la imagen, tras recoger la medalla de plata FEB | EUROPAPRESS

02 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Conozco a un niño belga, de madre española, que la semana pasada vibró con el partido del Eurobasket femenino en el que se enfrentaban sus dos selecciones. El baloncesto es su deporte favorito y cuando viene de visita a Ourense tiene el ritual de ir a entrenar, junto a su hermano mayor, a las canchas del pabellón de Os Remedios.

Terminado el partido, con resultado agridulce, le preguntaba a su madre si este verano se encontrará a Raquel Carrera y Paula Ginzo echando unos tiros. Es probable que no —a no ser que la del Valencia participe en el campus deportivo que lleva su nombre— pero el pequeño baloncestista belga fliparía si pudiera compartir cancha con ellas durante un ratito. Y no porque sean famosas, salgan por la tele o lleven colgada del cuello una medalla de plata que vale oro. Fliparía porque sería comprobar en personas que unas niñas que empezaron a jugar en esta pequeña ciudad hicieron realidad su sueño deportivo a base de trabajo, de esfuerzo, de valentía, de sacrificio y de mucha pasión por el baloncesto.

En esta sociedad en la que las niñas ya no quieren ser princesas porque prefieren ser influencers y en la que los niños no le dan tanta importancia a ser futbolistas porque pueden ser streamers, Carrera y Ginzo, de Ourense, son un ejemplo.

Ya está tardando la ciudad en sacar pecho de estas dos campeonas que el pasado fin de semana nos pusieron la piel de gallina y nos demostraron que a ganar se aprende luchando y que, por mucho que duela, hay derrotas que son victorias. Como lo es que un niño belga señale la pantalla de la televisión con entusiasmo cuando Carrera y Ginzo reciben su medalla y presuma de que ellas, como su madre, son de Ourense.