Adiós a un corazón ourensanista

OURENSE CIUDAD

Eduardo Gamallo, con sus anotaciones en un partido del Ourense B
Eduardo Gamallo, con sus anotaciones en un partido del Ourense B MIGUEL VILLAR

Eduardo Gamallo, exdirectivo y exdelegado del CD Ourense, falleció poco antes de cumplir los 92 años, después de más de cinco décadas ligado al fútbol provincial

26 feb 2023 . Actualizado a las 19:13 h.

A los que conocimos a Eduardo Gamallo González (Maside, 1931) ya como veterano integrante de la estructura del Club Deportivo Ourense nos salía llamarle don Eduardo, por simple respeto y por correspondencia con su afabilidad. Pero en O Couto y allí por donde pasaran los equipos del club, simplemente era Gamallo. Y eso equivalía a decir puro ourensanismo en vena.

La verdad es que resultaba idóneo presentar como delegado a un hombre como Gamallo. Por mucho que se calentara el partido, él siempre estaba tranquilo —con matices, claro—, pero sobre todo mantenía las formas. Nunca fue de discutir y basta un ejemplo que siempre me viene a la memoria, cuando un árbitro lo sancionó en un Ourense B - Salvaterra, en el 2005: «Es la primera vez que me expulsan en 53 años y, aunque no le doy importancia porque fue una equivocación, he remitido un recurso para que se aclare lo que sucedió». Y la reclamación incluyó el testimonio del delegado visitante: «El árbitro estaba nervioso y lo pagó con este hombre, con el que coincidí en varios partidos y nunca lo he visto alterado».

Más sentido común como el de Gamallo es lo que necesitamos siempre en tiempos tan crispados y personalistas como los del fútbol actual.

En la UD Ourense, en cuya directiva encontramos a varios de los jugadores que contaron con el apoyo del imprescindible Eduardo, recordaban que sus funciones fueron desde la de directivo a la de utillero. Acompañó a varias generaciones de futbolistas del club, de todas las edades, e igual ejercía funciones de relaciones públicas, como recorría la ciudad con los altavoces cargados en el coche, para recordar cuándo jugaría su equipo.

Aunque estuvo en otros clubes, el Ourense —su Ourense— hacía latir un corazón que acaba de pararse y que forma parte para siempre de la historia del fútbol en la provincia. Su velatorio está instalado en la sala 1 del tanatorio de As Burgas y sus restos serán incinerados en la intimidad familiar este mismo lunes. Su huella quedó bien marcada para nuestro deporte.