Un emprendimiento lleno de casualidades: paseando con una amiga vio un local en alquiler y tuvo claro que allí abriría su academia

María Cobas Vázquez
María Cobas O BARCO

O BARCO DE VALDEORRAS

Sonia Garrido, en su academia en A Rúa de Valdeorras
Sonia Garrido, en su academia en A Rúa de Valdeorras MIGUEL VILLAR

Sonia Garrido reconvirtió una vieja tienda de discos en un espacio de refuerzo educativo en A Rúa de Valdeorras

05 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado mes de octubre Sonia Garrido (O Barco de Valdeorras, 1990) abrió la academia Aperta en A Rúa de Valdeorras. Y lo hizo después de una serie de maravillosas casualidades que la llevaron a apostar por tener su propio negocio: no puede estar más contenta. Todo comenzó con un café. Quedó con una amiga en A Rúa para charlar un rato. Dando un paseo vio un cartel de «Se alquila» en un local en la calle Miguel de Cervantes y le encantó. No sabe explicar muy bien el motivo, pero vio que era el sitio para emprender, una idea a la que llevaba tiempo dándole vueltas porque su trabajo como coordinadora del servicio de ayuda a domicilio en Vilariño de Conso no le convencía. «A Rúa está a medio camiño entre O Barco e Viana, onde vivo agora, así que me encaixaba», dice.

Llamó para ver el local y lo tuvo claro. Allí pondría su academia de refuerzo educativo, el proyecto que le permitiría volver a trabajar con niños (como hizo durante su etapa de seis años en el centro de menores Arela), pero con un horario más cómodo. Ya en aquella visita para informarse sobre el posible alquiler surgió el nombre. «O dono contoume que tivera alí unha tenda de discos que se chamaba Aperta. Gustoume moito así que quedei con el porque era como unha volta ás orixes», relata. En la reforma contó con el apoyo de su padre y su novio, «que son uns manitas».

Llegó a A Rúa por casualidad y la acogida ha sido muy buena. Maestra y pedagoga, en la oferta de Aperta incluye talleres de inglés para infantil en los que los más pequeños de la casa se acercan al idioma a través de manualidades, canciones, juego interactivo o cuentos. A los alumnos de primaria y secundaria, Garrido les ofrece apoyo escolar. Puede así ejercer la profesión para la que se formó y que la tiene atrapada. Y le permite vivir en la zona, uno de los motivos por los que reconoce que nunca se planteó las oposiciones en serio. «A idea de andarme movendo por toda Galicia mentres non tes a praza nunca me gustou. E, por sorte, sempre tiven traballo cerca», señala. De hecho, cuenta que, desde que estando en el paro la llamaron para Arela, ha ido encadenando contratos hasta llegar al punto en el que está hoy. «Tiña ganas de abrir a academia e atopei o local. Foi casualidade e era o momento, porque eu quería cambiar», remata.