David Esmerodes es cicerone cervecero, un título creado por un americano para identificar a los sumilleres de la cerveza

María Cobas Vázquez
María Cobas O BARCO

A RÚA

David Esmerodes es cicerone cervecero.
David Esmerodes es cicerone cervecero. Santi M. Amil

Ingeniero de formación, hace 12 años se reinventó profesionalmente al entrar en el sector de la distribución de bebidas

05 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida da muchas vueltas. Es una frase hecha que David Esmerodes (Soutomaior, 1976) puede utilizar al contar su historia. Ingeniero técnico informático de sistemas, se dedicó durante años a su profesión original hasta decidir un cambio que le llevó desde A Coruña, donde vivía con su familia, a A Rúa. La pareja apostó por instalarse en Valdeorras para trabajar en la empresa familiar de su mujer, distribuciones Roca. Una reinvención laboral que no es solo un medio de vida, sino que lleva también una parte de pasión. David disfruta hablando e investigando sobre un producto que va mucho más allá de la lager fresquita que aparece en el imaginario colectivo al hablar de cerveza. Y ese interés por saber más le llevó a sacarse el título de cicerone en su grado básico (hay cuatro). Es un reconocimiento impulsado por el americano Ray Daniels (un veterano de la industria de la cerveza artesanal) para empoderar y distinguir a los profesionales de la industria. «É algo así como un sumiller no mundo do viño», explica Esmerodes. Y añade: «Vai enfocado a catar, identificar estilos e coller un pouco de cultura cervexeira». Quienes preparan el examen para conseguir la certificación aprenden sobre materias primas, procesos de elaboración, cómo cuidarlas, almacenarlas y servirlas (desde temperatura a cristalería), e incluso historia de la cerveza en base a las escuelas que existen. «Sempre asociamos a cervexa a Alemaña, pero hai unha escola inglesa moi potente, e tamén están a belga e a norteamericana», señala.

«Aquí temos a idea de cervexa rubia refrescante e non sabemos moito máis», destaca. Y eso, señala, a pesar de que la lager es reciente. «Ten apenas 150 anos, porque antes a tecnoloxía que había non permitía facela», señala. Esmerodes invita a probar, porque hay una oferta variada. 

El cicerone reconoce que la cultura de la cerveza está menos arraigada que la del vino. «Parece que con que esté fría xa vale», cuenta. En todo caso, asegura que en el mundo de la hostelería la situación ha mejorado mucho. «Cada vez máis tírase ben unha caña», destaca. Lo achaca, dice, a que distribuidores y hosteleros hacen un esfuerzo por mejorar.

«A miña favorita é unha 1906, unha rubia con corpo e calidez», dice. También le gustan las ipas (India pale ale) y lo que tiene claro es que hay «moito que probar». Él no lleva la cuenta de las que ha testado, pero las sitúa en entre 15 y 20 estilos diferentes, de 50 o 60 marcas. Entre las rarezas que ha catado cita una imperial stout «que se facía para os rusos porque precisaba máis grados por transporte e porque lle gustan as bebidas con graduación alcohólica». Eso sí, advierte que son propuestas para tomar no como la idea habitual de varias cervezas, sino a modo de vino.

Aunque también ha hecho sus pinitos como elaborador artesano, Esmerodes lo tiene claro: «Eu son máis de beber cervexas que de facelas».