«Yo tengo 'suerte' porque el daño en mis pulmones demuestra el covid persistente»

María Cobas Vázquez
maría cobas OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Laura Martínez, paciente con covid persistente.
Laura Martínez, paciente con covid persistente. Santi M. Amil

Hace cuatro años el covid-19 le provocó a Laura Martínez una neumonía que la llevó a la uci. Todavía arrastra secuelas de la infección

31 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace cuatro años, mientras la mayoría de la población estaba encerrada en su casa por el confinamiento, Laura Martínez estaba en la uci viendo la cara más dura del covid-19. Lo que en un primer momento confundió con un catarro latoso le provocó una neumonía bilateral aguda que la llevó al límite y la dejó 21 días ingresada en la unidad de cuidados intensivos del CHUO, a la que fue derivada desde el Hospital Comarcal de Valdeorras al ver que su estado empeoraba. Parte de ese tiempo estuvo sedada e intubada. Después, ya mejor, todavía pasó varias semanas más recuperándose en planta hasta recibir el alta el 7 de mayo.

Cuatro años después, Laura sigue arrastrando las secuelas de la infección. Tiene covid persistente y se ha convertido en toda una experta en su propia dolencia. En parte, dice, porque no le queda más remedio. Todavía no hay un diagnóstico claro —se hace por descarte de otras enfermedades— ni un tratamiento específico, sino que se busca atajar los síntomas. Así que ha tomado como hábito leer todo lo que se publica sobre su enfermedad, en España o fuera, y va aplicando lo que le funciona. «Suplementarnos nos va muy bien, porque falla la energía y la musculatura», dice. «Y el ejercicio que tanto nos recomienda nos fatiga», señala. Habla en plural porque si algo tienen estos pacientes es que desde el principio se fueron uniendo en grupos, en parte para no sentirse tan solos ante una situación sobrevenida sobre la que nada se sabía. En su caso mantiene contacto estrecho con una treintena de pacientes a través de un grupo de WhatsApp. Hablan de lo que les sucede y también se cuentan las mejoras que van experimentando según cambian determinados hábitos de vida.

«Yo tenía un internista muy bueno y ahora el que tengo todo lo soluciona diciéndome que soy covid persistente pero habrá que ver de qué vienen los resultados de las analíticas», dice. Y añade: «Hay a quien le dicen que lo que tiene que hacer es olvidarse de todo lo que tenía». En su caso, dice ser una afortunada porque los informes y las pruebas llevaron a que el INSS declarara su incapacidad laboral a los dos años del contagio, sin más problema, revisable el próximo mes de septiembre.

«Yo tengo ‘suerte’ porque mis pruebas dan mal, el daño en mis pulmones está ahí y demuestra el covid persistente. Porque hay médicos que nos dicen que somatizamos, pero mi fibrosis quística es real», relata. Eso sí, al final los comentarios afectan: «Llegas a pensar que no tienes la enfermedad porque los demás no la ven». Y remata: «Faltan médicos que nos crean».

Laura siempre ha querido volver a ser la que era antes de la infección. Lo demostró ya hace cuatro años, cuando todavía ingresada en planta aprovechaba los momentos en los que se encontraba mejor para seguir organizando su boda, prevista para septiembre del 2020 y que, aunque con cambios respecto a la idea inicial de los novios —que habían decidido contraer matrimonio antes de la irrupción de la pandemia y todo lo que vino después— se celebró como estaba previsto.

«Aprovecho los días buenos. Cuando me noto mejor intento andar unos minutos más, hacer algo más, pero si me paso de esfuerzo me quedo afónica y me paso dos o tres días sin prácticamente poder moverme. Sigo sin poder hacer la compra sola, poner la bandeja de abajo del lavavajillas o sacar la ropa de la lavadora», relata la berciana afincada en O Barco, de 37 años. ¿Y cómo afronta esas limitaciones, ese cambio de vida? «Tenemos dos opciones: o subirnos al edificio más alto y tirarnos abajo o intentar mejorar lo que hay, por eso todos buscamos la información y tratamos de vivir tanto física como mentalmente lo mejor posible», razona. Ha asumido que su enfermedad «ha venido para quedarse» y que no tiene cura. «Ojalá algún día la haya», dice. Mientras, trata de mejorar cada día su calidad de vida. «Una de mis fortalezas es mi salud mental. Y aunque el covid persistente esté presente, aprovecho los días buenos», remarca. Lo tiene clarísimo: «Hay que intentar que brille el sol lo máximo posible, que no todo sean nubarrones».

La unidad especializada atendió más de 3.300 consultas en el 2023

En el 2020 se creó en el área sanitaria de Ourense, Verín y Valdeorras la unidad multidisciplinar post-covid, a la que acuden para revisión todos los pacientes que estuvieron hospitalizados por coronavirus y también aquellos que arrastran secuelas pasado el tiempo. Y aunque la emergencia sanitaria quedó atrás para la mayoría de la población, lo cierto es que todavía hay muchos pacientes que siguen sufriendo las consecuencias de la infección. Y así lo atestiguan los datos. En el 2023 la unidad realizó 3.377 consultas, de las que 2.147 fueron médicas y las 1.230 restantes de enfermería.

Son algunos de los números asociados al coronavirus. Fue el 8 de marzo del 2020 cuando se detectó el primer caso en la provincia. Desde entonces, al menos 90.827 personas se han contagiado. Y es al menos porque hace más de un año que no es obligatorio comunicar el positivo al Sergas, por lo que hay gente que no lo oficializa y desde el ámbito sanitario apuntan también al hecho de que mucha gente ni siquiera se hace la prueba para confirmar o descartar que se trate de covid-19 lo que tiene. Con una población total que apenas supera los 304.000 habitantes, no resulta aventurado estimar que uno de cada tres ourensanos se han contagiado al menos una vez.

Solo tres casos activos

Actualmente, hay tres personas infectadas en el área sanitaria de Ourense, una de las cuales está ingresada en el CHUO (aunque no significa que el motivo de su hospitalización sea la patología respiratoria).

En estos cuatro años, fallecieron 678 personas que eran positivas en coronavirus. El último deceso se registró en la primera quincena de marzo del 2023, es decir, hace más de 12 meses.