La Audiencia de Ourense impone diez años de cárcel a un hombre que violó a su hijastra de 13 tras darle a beber alcohol

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Imagen de archivo de la sede de la Audiencia Provincial de Ourense
Imagen de archivo de la sede de la Audiencia Provincial de Ourense Miguel Villar

Las cámaras de grabación de un local de hostelería recogieron el ataque sexual, que el acusado no negó en el juicio

13 dic 2023 . Actualizado a las 08:19 h.

Diez años de prisión, el mismo tiempo de libertad vigilada y la prohibición de acercarse a la víctima durante doce años. Son los términos de la severa condena que ha impuesto el tribunal de la Audiencia Provincial de Ourense a un hombre al que ha considerado responsable de haber cometido un delito de agresión sexual contra una víctima que tenía 13 años cuando ocurrieron los hechos. El caso es especialmente grave porque la menor era la hija de la compañera sentimental del acusado.

Pocas dudas ha tenido el tribunal en relación a unos hechos que el propio investigado, de 27 años, admitió en el juicio. Seguramente no fue ajena a esta confesión la existencia de unas grabaciones en las que se veía el incidente, ocurrido en la madrugada del 2 de marzo del 2022 en un local de hostelería. Según recoge el apartado de hechos probados de la sentencia, el acusado recogió a la menor después de que ella hubiera estado celebrando las fiestas del carnaval, con la finalidad de llevarla a casa.

Eso era lo que el agresor había acordado con la madre de la niña, si bien durante el trayecto el acusado le propuso a la chica «tomar la última» en el bar que él mismo regentaba en la localidad de A Gudiña. En ese momento el local ya estaba cerrado al público. La joven accedió y, ya dentro del establecimiento, su padrastro preparó dos copas, una para él y otra para la chica, quien tras ingerir la bebida alcohólica se quedó dormida. El ataque sexual, según ha quedado probado, tuvo lugar cuando la menor se despertó. «Valiéndose del estado de semiinconsciencia en el que se encontraba, y con ánimo libidinoso, mantuvo relaciones sexuales con la menor», constatan los togados. Después, el adulto llevó a la víctima a casa y le pidió que no contara a nadie de lo ocurrido, pero ella no le hizo caso. Habló del ataque sexual a la compañera sentimental de su padre y la denuncia no tardó en llegar. El acusado ingresó poco después en prisión provisional.

A la hora de valorar los hechos los magistrados ven «rotunda y perseverante» la declaración incriminatoria de la víctima, apreciando coincidencias entre lo que relató primero en su casa, más tarde ante la Guardia Civil y posteriormente en sede judicial. En opinión de los togados, aporta credibilidad a su versión el hecho de que empezase a sufrir trastornos psicológicos tras el ataque de su padrastro, ya que hasta ese momento no había experimentado «ninguna circunstancia anímica desfavorable». Las pruebas genéticas demostraron que la víctima tenía ADN del agresor y las cámaras de vigilancia ayudaron a cerrar el círculo.

Durante la vista oral, celebrada el pasado 4 de diciembre a puerta cerrada, el acusado reconoció haber abusado de la chica, si bien trató de buscar un reproche penal menos severo que el que pedía la Fiscalía alegando que cuando ocurrieron los hechos se encontraba bajo los efectos del alcohol. No ha tenido éxito en esta pretensión. «No media prueba alguna que evidencie ingesta etílica en el acusado mínimamente relevante», aseguran los togados. Eso sí, le aplican una circunstancia atenuante de reparación del daño, al abonar antes del juicio parte de la indemnización.