Tabaco: de su boca al chupete del bebé (incluso fumando en terraza)

Hugo Gómez Márquez NEUMÓLOGO EN EL CHUO

OPINIÓN

María Pedreda

04 abr 2024 . Actualizado a las 08:16 h.

 Soy médico (y neumólogo) y la prevención y protección de la salud de ustedes y del resto de los pacientes son claves en mi día a día y en el de mis compañeros de profesión, especialmente cuando hablamos de tabaquismo, enfermedad adictiva y crónica.

Para proteger la salud de aquellos que han decidido no fumar y para ayudar a los que han decidido hacerlo se necesita perseguir una estrategia que pasa por aumentar los sitios libres de humo. Sí, prohibir fumar en las terrazas es una opción que vemos con buenos ojos; también apoyamos la financiación de todos los tratamientos disponibles para la deshabituación tabáquica, así como el encarecimiento del precio del tabaco (para evitar la incorporación de los jóvenes) y el empaquetado genérico. Estas medidas han demostrado disminuir su consumo. Fumar en una terraza implica que los no fumadores estarán expuestos a sustancias nocivas sin quererlo. Se trata de los fumadores pasivos o de segunda mano. En este colectivo se encuentran los propios trabajadores de la hostelería, que, a pesar de no haber sido fumadores activos, tanto hemos diagnosticado de EPOC por haber estado expuestos durante años a las sustancias tóxicas del tabaco (hasta la ley antitabaco del 2011).

La ropa, el pelo, nuestros enseres se impregnan de estas sustancias nocivas para la salud (es lo que llamamos «tabaquismo de tercera mano»), que un no fumador se lleva para su domicilio donde, posiblemente, haya un niño (de chupete, supongamos) tocando las cortinas, alfombras, cojines contaminadas y teniendo su primer contacto con el cigarrillo y sus derivados, y aumentado de esta manera riesgos innecesarios para su salud (se incrementa el riesgo de asma, de bronquiolitis).

Las colillas constituyen el primer residuo urbano, tardan diez años en degradarse y se calcula que tan solo una tiene capacidad para contaminar 50 litros de agua. Este es el «tabaquismo de cuarta mano». Si queremos cuidar el medio ambiente sería recomendable apelar a la responsabilidad individual ya que el acto de tirar las colillas al suelo, al parecer muy normal para muchos fumadores, va acompañado de un conveniente desconocimiento sobre la real magnitud que esto supone a nivel medioambiental.

Hemos de abordar la regulación de los cigarrillos electrónicos y todo lo que son productos emergentes del tabaco, que no han demostrado ayudar en la cesación tabáquica, si no más bien favorecieron la incorporación de los jóvenes a dispositivos más atractivos y que generan en ocasiones a fumadores duales. El tabaquismo, ya saben ustedes, es la primera causa de muerte precoz en todo el mundo, y constituye la principal etiología de la EPOC y de enfermedades cardiovasculares. Volvamos un momento a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Solo decir que es la tercera causa de muerte en el mundo, está infradiagnosticada en un 70 % y afecta ya al 12 % de los españoles.

Si amas la vida, rompe con el tabaco.