La vida está llena de casualidades. Uno de los partidos que sostiene el Gobierno vota en contra de los Presupuestos en Cataluña. La no aprobación de los Presupuestos catalanes sirve de palanca para que se adelanten las elecciones. Este adelanto congela las negociaciones de los partidos independentistas con el Gobierno central. ¿Y qué se estaba negociando? La norma más importante que debe aprobar el Ejecutivo: los Presupuestos Generales del Estado. La pregunta que se está planteando estos días en la conversación pública es si es legal renunciar a su aprobación.
El artículo 134 de la Constitución es claro al respecto. Los Presupuestos tendrán carácter anual y deben presentarse al menos tres meses antes de finalizar el año, para dar el suficiente tiempo al Congreso y al Senado para examinarlos y aprobarlos. Si no fuese posible aprobarlos, también está prevista su prórroga. Esto es así porque es posible que el Gobierno no logre reunir los apoyos suficientes, o bien le resulta imposible presentarlos por el calendario electoral. De ese modo se evita la paralización de la actividad estatal. Quizá, la novedad de este hecho reside en la renuncia explícita del Ejecutivo a, ni tan si quiera, querer presentar un proyecto de Presupuestos.
Aunque los Presupuestos estén prorrogados desde el 1 de enero no significa que el Gobierno esté atado de pies y manos, ya que puede recurrir a la figura del decreto ley. Hay varios precedentes, y, en efecto, su uso se puede justificar en base a la insuficiencia de las cuentas del ejercicio previo para hacer frente a las necesidades actuales. La pandemia fue un claro ejemplo, ya que el Ejecutivo afrontó esta situación con los Presupuestos prorrogados del 2018.
Volviendo al 2024, la revalorización de las pensiones y la subida de las cotizaciones, entre otras, ya han sido abordadas por el Real Decreto-ley 8/2023. La subida salarial pactada del 2 % de los funcionarios ya se ha registrado en forma de enmienda al proyecto de ley de medidas para combatir los efectos de la guerra en Ucrania. Por lo tanto, el Estado cuenta con mecanismos para continuar con su actividad normal a pesar de no contar con unos Presupuestos aprobados en tiempo y forma.
Ahora bien, podría plantearse una duda razonable. ¿Para qué sirve aprobar unos Presupuestos? Aunque el Gobierno pueda recurrir a los reales decretos, no es lo deseable. Los Presupuestos, por definición, permiten una planificación y ordenación de los recursos y empleos del Estado. Ofrece certidumbre sobre la orientación de la política económica que se prevé en el año. Esto no es una cuestión menor, ya que empresas, ciudadanos y otras administraciones realizan sus previsiones en base a lo que prevé ingresar y gastar el Gobierno.
En definitiva, el Gobierno no tiene la obligación de aprobar los Presupuestos, aunque sí es lo deseable.