Para nuestros estudiantes, metidos como están en sus entornos digitales, un avatar es un icono virtual, un personaje de un vídeo juego o el protagonista de una película de ciencia ficción. Para nuestros políticos, enfrascados como están en sus ciclos electorales, un avatar es una vicisitud, una oportunidad en la secuencia de adversidades del rival, que aprovechan echando leña al fuego. La educación necesita serenidad, no incendios provocados por pirómanos.
Gabilondo, cuando era ministro, propuso un pacto por la educación. En la actualidad, siendo Defensor del Pueblo, continúa planteando, en conferencias de menor impacto mediático, la misma necesidad, pero predica en el desierto, mejor dicho, predica en un desierto con rescoldos, porque algunos líderes, mal asesorados por los gurús de cabecera, practican una estrategia de tierra quemada, sin importarles que el campo donde se siembra educación acabe convertido en un erial. Eso sí, a todos se les llena la boca hablando de los pactos de educación en países nórdicos, que llevan décadas con el mismo marco legal, al margen de la alternancia de gobiernos de derechas o de izquierdas, lo cual, junto con la profesionalidad y consideración social del profesorado, les permite presumir de un alto rendimiento en el modelo educativo.
Un ejemplo del uso electoralista de la educación es la propuesta de que once comunidades gobernadas por el PP vayan a implantar en 2025 una selectividad única, en aras de la «igualdad de oportunidades», introduciendo desigualdad en el sistema y en el territorio. Se trata de una amenaza virtual, ya que las competencias sobre la prueba de acceso son básicamente del Ministerio de Educación y de las universidades, como recogen sentencias del Tribunal Constitucional. El mensaje puede calar por simple, pero es simplista. ¿Qué es una selectividad única? ¿Un examen único, tipo test? ¿Quién lo elabora? ¿Un erudito único, una empresa madrileña de márketing, una consultoría de confianza? ¿Qué significa que los criterios de corrección sean homogéneos? ¿Qué los exámenes sean corregidos por una máquina de inteligencia artificial? El avatar y la educación…