No hay soluciones mágicas para nuestro sistema educativo

Manuel de León MIEMBRO DEL CSIC, LA REAL ACADEMIA DE CIENCIAS Y LA REAL ACADEMIA GALEGA DE CIENCIAS

OPINIÓN

María Pedreda

24 ene 2024 . Actualizado a las 08:45 h.

De nuevo el Informe PISA ha puesto en evidencia el sistema educativo español, en este caso agravado por la pandemia y la consecuente falta de clases presenciales. El descalabro ha sido general, con algunas excepciones, y en cualquier caso la radiografía española es consistente con informes anteriores. La bajada en el nivel de matemáticas y en comprensión lectora es muy preocupante, y parece que esto ha llevado al gobierno a anunciar medidas extraordinarias.

Los matemáticos llevamos no años, sino décadas, avisando de esta problemática, cuyas causas son varias. La falta de formación inicial de los maestros en matemáticas impide que se puedan transmitir adecuadamente en primaria. Y los alumnos que van mal en matemáticas en primaria irán en general peor en secundaria. Así, ya identificamos una primera causa y una solución, modificar el currículo de estas enseñanzas ampliando los contenidos matemáticos.

La foto fija española en PISA muestra una brecha en el porcentaje de alumnos excelentes, así como en el de alumnos con dificultades. Grosso modo, tenemos la mitad de excelentes que deberíamos, y el doble de alumnos fracasados. Para estos últimos, la solución son los profesores de refuerzo. Y no olvidemos que las economías domésticas no permiten a las familias humildes pagar un profesor particular, así que este tema tiene que ser labor de las administraciones públicas. Para los alumnos excelentes, el programa de Estímulo de Talentos Matemáticos (Estalmat), que identifica unos 1.000 alumnos por año en once comunidades autónomas, debería recibir mayor atención pública. Porque necesitamos personas muy preparadas para que nuestro país prospere.

Se precisa una mayor implicación de las familias, de los ayuntamientos, de los gobiernos autonómicos en el sistema educativo: el centro educativo como pieza central del barrio. Y una buena coordinación entre todos. Si se quiere que la tendencia vaya en la buena dirección no se trata solo de poner recursos, sino de, primero, analizar el problema, buscar las causas, proponer las soluciones y ponerlas en marcha entre todos.

Vamos mal en matemáticas y en comprensión lectora. Y ambos temas están muy ligados. Si un alumno no es capaz de comprender el enunciado de un problema, malamente va a ser capaz de resolverlo. El abuso del móvil y las redes sociales han sido nefastos para la educación. ¿Seremos capaces de usarlos convenientemente para revertir la solución? Y ahí nos viene ahora el tsunami de la inteligencia artificial.

Aprovechemos este aviso para hacer las cosas de otra manera, no para seguir haciendo mala política. Cuando se critica el currículo de la Lomloe, los ciudadanos deben saber que el de matemáticas recibió unos importantes inputs del colectivo matemático, en la dirección de evitar la insistencia en reglas mecánicas, de aumentar el pensamiento computacional, insistir en los temas de probabilidad y azar, etcétera, para tratar de conectar las matemáticas con el mundo actual y formar ciudadanos informados. La gran riqueza de España es su gente, y necesitamos invertir más y mejor en la educación y la investigación; esta debe ser la apuesta de país.