El chapapote político de los pélets

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

OPINIÓN

Limpieza en la playa de Nemiña, Muxía
Limpieza en la playa de Nemiña, Muxía ANA GARCÍA

10 ene 2024 . Actualizado a las 16:32 h.

No es el Prestige. Por mucho que la izquierda haya entrado a saco en el tema de los plásticos que invaden las playas de Galicia y que esté intentando resucitar la indignación de los tiempos en los que el fuel campaba a sus anchas por la costa gallega, no, los pélets no son el Prestige del 2024.

Sin querer restar importancia al vertido de los plásticos y a las obligaciones que cada Administración tenga con respecto a la limpieza de este material, nos encontramos ante un caso claro de chapapote político, en el que la oposición intenta como sea echar al PP de la Xunta y en el que las redes sociales han protagonizado excesos que tienen como única finalidad desgastar al partido en el poder.

Este es el escenario. Ana Pontón, que no se ve tan lejos de la posibilidad de gobernar, pero que sabe que ahora mismo no le da, intenta sacar tajada poniendo en evidencia tanto al Gobierno central como al autonómico y haciendo ver que ella es la única alternativa que, de verdad, mira por Galicia. Mientras, Besteiro, en tercera posición en las encuestas, pero apoyado por el primo de Zumosol de Pedro Sánchez, cree que puede arañar unos puntos al PP si siembra la sombra de la duda sobre su gestión en este asunto.

¿Y el PP? Ha intentado ponerse de perfil ante la situación y pretende hacer ver que desde Madrid se está jugando sucio y que todo lo que sucede no es más que la politización de un incidente grave, pero no catastrófico, algo en lo que, a tenor de los datos que tenemos hasta ahora, tiene razón.

Son los tiempos que nos toca vivir, en los que los partidos políticos son implacables a la hora de afrontar la contienda con sus adversarios. Da igual mezclar verdades irrefutables (Galicia sufre un problema de contaminación en su costa) con una gran mentira (Galicia sufre otro Prestige con la misma nefasta gestión de entonces).

¿Y puede este tema derribar el muro de la mayoría absoluta del PP? Parece difícil. Hasta la llegada de los plastiquitos, no se observaba en Galicia una pulsión de cambio. Más allá del típico discurso de la oposición en el que se dibuja a un Rueda como líder de un proyecto agotado y desnortado, no se aprecian en la sociedad gallega síntomas de hartazgo con respecto al actual Gobierno de la Xunta.

Todas las encuestas realizadas hasta ahora otorgan la mayoría absoluta a Alfonso Rueda. En el caso de Sondaxe, son 39 los diputados que le dan los gallegos. Sin duda, suficiente para repetir mandato. Pero no una ventaja tan elocuente como para desanimar a los contrincantes. De ahí viene la intensidad con la que se están aplicando el BNG y el PSdeG, especialmente los nacionalistas con una Pontón lista y trabajadora que visita las playas y está omnipresente.

Resulta difícil pensar que la marea de plásticos pueda descabalgar al actual Ejecutivo. Solo una nefasta gestión del tema podría llevarles a perder los votos suficientes para que se dé este cambio. Porque, hasta ahora, es obvio que los 26.000 kilos de pélets no son las 62.000 toneladas de fuel del Prestige.