Los vatios acaban con los caballos

Por Juan Ares

MOTOR ON

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Es el final de una era, la de los poderosos deportivos de combustión, motores preñados de caballos y prestaciones que hoy parecen de escándalo. Desde Bruselas mandan parar y serán sustituidos por silenciosos eléctricos, no menos potentes y eficaces, pero sin alma y sin humos.

21 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Poco a poco desaparecerán de los catálogos de los fabricantes esos rabiosos deportivos donde el placer de conducir, incluso en circuitos, se llevaba a la máxima expresión. Serán sustituidos por versiones de coches eléctricos, algunos con mejores cifras en cuanto a prestaciones que los de combustión, pero a los que les falta alma y personalidad.

Uno de los ejemplos de esta extinción de los dinosaurios humeantes es la del Audi R8, el brillante deportivo, a veces ninguneado por los que creían que un Audi nunca sería igual que un Porsche o un Ferrari, con un poderoso motor V10 atmosférico con 620 caballos, de los que se han fabricado en Stuttgart desde el 2006 alrededor de 45.000 unidades. El R8 llega en este 2024 al final de su producción y pronto será ya pasto de la especulación, porque su valor en el mercado crecerá como objeto de colección. En los escaparates de los concesionarios de Audi solo podremos ya mirar al atractivo y también potente Audi e-Tron GT quattro, que también supera los 600 caballos, pero con cero emisiones gracias a su motor eléctrico. En la marca de los cuatro aros también se dio de baja el Audi TT, un ligero y ágil deportivo que contaba con muchos adeptos en su gama y que se despidió con una edición limitada que será asimismo objeto de colección.

Pero Audi no es la única marca alemana afectada por la electrificación de sus deportivos. Porsche, el símbolo del poderío deportivo alemán, también ha anunciado que el próximo año sustituirá su gama 718, el Cayman y el Boxster descapotable, con motores eléctricos. Para la marca alemana será un nuevo paso en el proceso de electrificación, que ya ha iniciado con otros modelos, amén de haber creado el Taycan, un superdeportivo totalmente eléctrico que es hoy referencia mundial. Con la electrificación del Cayman y el Boxster ya solo quedará el mítico 911 como muestra de la brillante época de motores bóxer de Porsche.

La nómina de modelos que se caen de los catálogos se extiende a muchas otras marcas. Nadie se libra del seísmo de los kilovatios, ni siquiera Jaguar, otra de las marcas míticas deportivas, símbolo de la otrora gloriosa industria británica, ahora en manos del grupo indio Tata. Jaguar tenía en su catálogo desde el año 2013 el F-Type, con versiones Coupé y Cabrio, con potentes motores V8 de hasta 575 caballos que ahora anuncian su final con una última versión limitada de solo 150 unidades. Los nostálgicos de Jaguar ya pueden decir adiós con ella a una de las marcas con más gloria deportiva en Europa.

Para los que crean que solo Europa sucumbe a esta oleada de electrificación vamos a hablarles también de los muscle car, esa típica definición de los coches deportivos americanos hormonados. Dodge era una de las que presumía en su catálogo de muscle car con modelos como el Charger o el Challenger. Ahora, Dodge pertenece al grupo Stellantis y asume la electrificación como todas sus otras marcas de forma rigurosa, y asegura que el Charger tendrá una nueva vida cambiando los 600 caballos de su motor V8 por los más de 500 de una versión eléctrica con dos motores.

Despediremos con honores a los V8 para abrazarnos a los kilovatios.