Un aguijón en el segmento «premium»

MOTOR ON

El KIA Stinger es la demostración de que la marca coreana puede alcanzar un nivel de diseño, calidad y comportamiento equiparables a los de cualquier fabricante «premium». Hemos probado la versión diésel de 200 caballos y acabado GT Line, que incluye el equipamiento más completo. No le falta de nada.

09 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El KIA Stinger sobresale especialmente por su diseño. Es obra del alemán Peter Schreyer, conocido sobre todo por su trabajo para Audi, y que ha conseguido hacer una berlina de cuatro puertas con aspecto de cupé y un marcado carácter deportivo. Multitud de detalles contribuyen a este objetivo, empezando por una línea lateral de las ventanillas que asciende hacia arriba a la altura del pilar posterior. Las entradas de aire, algunas simplemente decorativas como las del capó, y otras con la función de ventilar como las del faldón delantero, acentúan el aspecto rácing. Los faros traseros unidos por un arco, el doble escape y los embellecedores cromados con efecto espejo en las tapas de los retrovisores y el spoiler lateral completan una estética muy llamativa y acertada.

El interior combina diversos materiales y texturas con un ajuste notable de todas las piezas. El salpicadero está dominado por tres grandes salidas de aire circulares, sobre las cuales hay un panel táctil de 8 pulgadas tipo tablet. El cuadro de instrumentos es muy claro, con dos relojes analógicos y otra pantalla de 7 pulgadas en medio. Los pedales deportivos son de aluminio, al igual que algunas superficies del túnel central, los paneles de las puertas y los reposabrazos. El volante, achatado por abajo, tiene un tacto muy agradable.

Los asientos de cuero ventilado son amplios y cómodos. No hay mucha altura al techo y el espacio de los pasajeros de atrás tampoco se corresponde con la gran longitud del coche. Es el precio a pagar por un diseño espectacular, que también implica una visibilidad menor por el retrovisor porque la luneta trasera tiene una inclinación menor de lo habitual. El maletero tampoco es excesivamente amplio, pero la apertura con portón, que además es eléctrico, lo hace muy práctico para cargar objetos.

Hemos probado el Stinger con motor diésel de 200 caballos, que acelera de 0 a 100 en 7,6 segundos. Para una berlina que mide 4,83 metros y pesa casi 1.800 kilos es una cifra muy buena y lo cierto es que notamos el empuje a cualquier régimen. El cambio automático de ocho marchas es rápido y se puede utilizar de forma manual mediante unas levas. El ruido del motor se percibe al ralentí y a bajas vueltas, pero después es un coche bastante silencioso. La amortiguación no es dura, pero tampoco especialmente amable, filtra de manera limitada las irregularidades, que es lo que se hace cuando se quiere buscar un comportamiento más deportivo y transmitir toda la información de la carretera al conductor.

Mediante una rueda podemos elegir cinco modos que varían la suspensión, la dirección, la respuesta al pedal del acelerador y la rapidez del cambio. Uno de ellos, denominado Smart, modifica estos parámetros en función del estilo de pilotaje, mientras que los modos Sport y Sport Plus potencian el sonido del motor a través de los altavoces.

Nuestra unidad de prueba, cedida por el concesionario Corgal Automóviles, era la versión GT Line, la más alta. El equipamiento es interminable: faros LED direccionales, frenada de emergencia, asistente de mantenimiento de carril, control de crucero adaptativo, control de presión de neumáticos, detector de vehículos en ángulo muerto, head up display, cámara de 360 grados, reconocimiento de señales y sensores de párking delanteros y traseros.

Entre los elementos de confort, los asientos eléctricos, ventilados y calefactados, al igual que el volante; acceso y arranque sin llave, cargador inalámbrico para móviles y un equipo de audio Harman-Kardon con 15 altavoces y 720 vatios de potencia. Las llantas de 18 pulgadas son de serie.

El Kia Stinger parte de 38.000 euros con este mismo motor y acabado Style. Por encima hay otro diésel de 255 caballos y un gasolina de 375 caballos, con seis cilindros y dos turbos, que acelera de 0 a 100 en menos de 5 segundos. Tanto este último como el diésel que hemos probado se pueden elegir con tracción a las cuatro ruedas. Stinger, en inglés, significa aguijón. En KIA, lo han clavado.