Correr en la azotea

Óscar Ramos Ayerra
Óscar Ayerra REDACCIÓN

MOTOR ON

Esta colosal fábrica construida hace 95 años en Turín para producir vehículos Fiat resultó ser una obra maestra de la funcionalidad, llegando a ser una belleza industrial. tiene como característica especial un circuito de pruebas en el tejado.

11 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un edificio construido bajo un circuito», así lo denominó el célebre arquitecto Le Corbusier cuando lo puso como ejemplo de cómo debería ser una fábrica de automóviles. Y no le faltaba razón, esta estructura de 500 metros de longitud estaba concebida como un único cuerpo, basado en el movimiento sin obstáculos a la hora del montaje de vehículos, para lo cual el formato helicoidal encajaba perfectamente. Cumplía el principio puesto de moda por Henry Ford unos años antes con el Ford Modelo T y que consistía en llevar el trabajo a los trabajadores y no al revés. Cada vehículo se construía de principio a fin. Esta fábrica se basaba en una espiral de 5 pisos de altura donde las materias primas y diversos componentes llegaban por tren a la planta baja y se iban ensamblando en la línea de montaje según subían de nivel hasta ser probadas en la pista de la azotea una vez terminado cada vehículo. Inaugurada en 1923 por Mussolini, fue la mayor fábrica de Europa en ese momento detrás del complejo River Rouge de Ford en EE.UU. Sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial a pesar de que varias bombas destrozaron parte de su fachada.

Esta fábrica funcionó durante 71 años, hasta 1982. De sus largas estancias, de más de 500 metros de longitud salían una media de 200 vehículos diarios y en momentos puntuales llegaron a trabajar 80.000 operarios al mismo tiempo.

CIRCUITO EN EL TEJADO

Una característica que la hizo única fue su circuito, una pista de pruebas a 30 metros de altura de la calle. Dos largas rectas de casi 500 metros y dos curvas muy peraltadas definían su fisonomía y permitían una velocidad punta de más de 180 km/h. Cada vehículo que terminaba la línea de producción rodaba los primeros metros por la azotea del edificio, hecho que hacía que muchos trabajadores aprovechaban sus recreos y tiempos de descanso para subir y hacer carreras. Por supuesto esta pista tuvo su momento de cine, siendo protagonista durante unos segundos en la película británica The Italian Job, de 1969, durante la escapada con el oro a bordo de tres minis Cooper. A lo largo de su historia, de esta fábrica salieron 81 modelos diferentes de Fiat y Lancia. Coches como el Fiat Topolino, el 500 o el Fiat 600 (hermano del Seat español) o los 124 Spyder rodaron su primer kilómetro en este tejado tan peculiar. Un Lancia Delta fue el último vehículo que salió de su línea en 1979, tres años antes de su cierre definitivo.

OTRAS FÁBRICAS

La fábrica Fiat fue la primera en su género pero no fue la única; otras, como la de Imperia en Bélgica, donde parte de su recta de 1 kilómetro pasaba por su cubierta, o la de el edificio Chrysler en Argentina, con una pista redonda en su tejado fueron otros ejemplos de esta sorprendente fórmula

En 1982 el edificio se detuvo en el tiempo. Nunca se habló de demolición, pero este emblema de la ciudad estuvo varios años con un futuro incierto hasta que el famoso arquitecto Renzo Piano ganó el concurso que lo convertiría en un centro de convenciones, hotel, centro comercial y auditorio en 1989. Hoy día se puede visitar y su pista del tejado es un foco de atracción turística, donde dar una vuelta por sus casi 2.000 metros de longitud resulta una experiencia única.