El invasor que hunde a la almeja

Valentina Saini VENECIA

MERCADOS

Valentina Saini

El cangrejo azul se convierte en un auténtico depredador del molusco en Italia que, no solo elimina la semilla y la almeja adulta, sino que impacta sobre la gastronomía del país.

21 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

 Uno de los platos más populares de Italia son los espaguetis con almejas. En las ciudades costeras, de Trieste a Palermo, no hay restaurante que no lo tenga en el menú, aunque también se suele preparar en casa en ocasiones especiales, como un cumpleaños o Nochevieja. Pero hay un problema: la producción italiana de almejas se ha desplomado, y el sector sufre una grave incertidumbre. La culpa la tiene otra criatura marina: el cangrejo azul, una especie invasora originaria del océano Atlántico; presente de forma esporádica en aguas italianas desde finales de los años 40, en las últimas décadas ha empezado a proliferar debido al calentamiento del Mediterráneo, y ahora se ha convertido en una auténtica plaga.

Este crustáceo, omnívoro y agresivo, puede medir hasta veinticinco centímetros de ancho. Los criadores refieren que se alimenta tanto de semillas de almeja como de ejemplares adultos. Pero también devora otras especies de moluscos, alevines y algas. La zona más afectada es el norte del mar Adriático, explica Daniela Borriello, directora nacional de la división de pesca de Coldiretti, la principal asociación de agricultores de Italia. Allí «la producción se ha desplomado un 80 %. Las zonas de producción más dañadas son las lagunas, las bolsas y la franja costera, donde operan los mayores criaderos de almejas, mejillones, etcétera, de Europa. Están en peligro los puestos de trabajo de unas tres mil personas. Unos daños que se extienden a la cadena de suministro».

En la laguna de Venecia, los criadores de almejas están muy preocupados; para defender los viveros de estos bivalvos, algunos llegan incluso a «fortificarlos» con redes que sobresalen un metro y medio de la superficie del agua: los cangrejos azules son formidables trepadores, y unas decenas de centímetros de red no bastan para detenerlos.

«La situación es realmente muy grave. Aquí el cangrejo azul ha depredado más del 80 % de las semillas de almeja de nuestros viveros, poniendo en peligro la producción de los próximos dos años», explica a La Voz Massimo Genari, director general del Consorcio de Goro, a unos 100 kilómetros al sur de Venecia. Pero el cangrejo azul también se ha convertido en un grave problema para la producción de mejillones, otro manjar de la cocina italiana.

En un intento de convertir un azote en recurso económico, los miembros del Consorcio de Goro han puesto en marcha «una pesca intensiva del cangrejo azul, y han colocado más de 15.000 nasas para capturarlo». Su carne es buena, ideal para un plato de tagliolini o espaguetis; pero su comercialización no va bien, señala Genari. «Se vende muy poco. Tras el interés inicial, ahora el mercado no consigue absorber todo el cangrejo que capturamos cada día».

Se habla de pérdidas de más de cien millones de euros. Paolo Tiozzo, vicepresidente de Confcooperative Fedagripesca, otra importante agrupación del sector, considera que hay que actuar en dos frentes: «Por un lado, hay que intentar reducir al máximo la presencia del cangrejo; para ello hay que invertir en investigación científica y en la pesca masiva del crustáceo, intentando desarrollar soluciones eficaces para proteger los hábitats naturales y productivos; por otro, hay que garantizar formas adecuadas de apoyo a los pescadores y a los trabajadores de las cooperativas implicadas, que ahora están en paro, y a las empresas, para que vuelvan a poner en marcha la producción».

De seguir así, comer espaguetis con auténticas almejas del Adriático podría convertirse en un lujo para unos pocos. Los italianos deben actuar rápido si quieren salvar uno de sus platos nacionales.