El Judas de mi pueblo

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Trabajos para la reconstrucción del viaducto sentido Madrid
Trabajos para la reconstrucción del viaducto sentido Madrid ALBERTO LÓPEZ

16 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Para cuando esta columna caduque, la noche del domingo próximo (porque los diarios caducan, como decía la canción: «Tu amor es un periódico de ayer, que nadie más procura ya leer...»), sabremos por fin quién nos va a gobernar la próxima legislatura. Y empezará el momento de pedir a los gobernantes que olviden la guerra verbal de la campaña permanente y se pongan a contribuir al progreso de sus gobernados. Nos tocará hacer el papel del gran Simón Díaz, el folclorista venezolano, en su temazo El testamento de Judas: «Soy el Judas de este pueblo,/ que tienen tan olvidado,/ y les voy dejando al vuelo/ lo que el pueblo me ha enseñado./ Al burro le dejo apero,/ a la blusa faltriquera, y al Gobierno de por Dioos,/ y al Gobierno de por Dioos,/ le pido una carretera». Y, además, «que no olvide a las escuelas», «que cumpla sus promesas», «hospital pa' los enfermos» y «que enderece los entuertos».

Entuertos tenemos encima unos cuantos. Los del nuevo desorden mundial se agravarán para Europa si la guerra de Ucrania se prolonga y si Trump vuelve a gobernar. Los propios de España ya son bastantes, entre la relativa falta de productividad y el peso enorme de la deuda pública. En Galicia, al Gobierno de por Dios le pedimos que evite nuevas vergüenzas como la de los viaductos flácidos de la autovía del Noroeste y que se deje de discursos metafísicos sobre la despoblación y le ataque directamente poniendo cabeza y dinero en la reactivación de los ferrocarriles de cercanías. Que reconozca nuestros pequeños hechos diferenciales y los compense, especialmente con el canon energético que ahora, además de a los embalses, debería tener en cuenta la plaga de molinos eólicos que espanta al turismo de nuestros paisajes y resta por tanto medios económicos a los ciudadanos que intentan sobrevivir en el campo. Y, ya puestos, que se imponga un canon celulósico por el monocultivo de eucalipto y nos salga más barato el papel higiénico que a los otros españoles deseucaliptizados. Con estas y con otras seremos felices, volveremos a tener tres o cuatro hijos por pareja y seremos la envidia del mundo. Amén.