Rodrigo Fernández de Castro: «Desde Galicia somos capaces de competir en cualquier sitio»

MERCADOS

vítor mejuto

El director general de Figrupo, el coloso empresarial gallego que arrancó su historia con la inspección técnica de vehículos y que, tras desinvertir en este sector decidió apostar por diversificar su negocio, asegura que siguen apostando por generar riqueza en su tierra

08 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de 30 años liderando un grupo de empresas con ADN puramente gallego, Amador de Castro decidía dar paso a la siguiente generación. Las hijas del fundador y un equipo de personas con más de quince años de trayectoria en la firma cogían las riendas de Figrupo, una sociedad que se transformó tras la venta de las ITV y que está compuesta por varias patas de negocio completamente diferentes. Eso sí, todas ellas comparten la misma filosofía: trabajar desde Galicia y para Galicia. Enseñas como Abeconsa son ya parte de la historia empresarial de Galicia y del grupo empresarial. Otras como Raiola o Gráficas Salnés se han sumado en los últimos años para seguir haciendo de Figrupo uno de los grandes proyectos empresariales gallegos. Al frente de este coloso se encuentra Rodrigo Fernández de Castro.

—Figrupo arrancó un proceso de transformación, con proyectos como Raiola o Gráficas Salnés, justo antes de la pandemia, ¿cómo ha sido esta etapa?

—Ha sido una etapa dura, como para todo el mundo. Pero la pandemia ha acelerado muchos procesos de transformación y nos ha permitido en muchos casos agilizar nuestros proyectos. Por ejemplo en el caso de Raiola [la vía de negocio dedicada a las residencias de mayores], nosotros sabíamos que el sector iba a sufrir una transformación, pero pensábamos que sería un proceso algo más lento. La pandemia agilizó todo muchísimo e hizo que se apostara mucho más por un modelo de residencias como el nuestro.

—¿En qué consiste ese modelo?

—Hay muchos estudios científicos que evidencian que convivir con un número muy elevado de personas lo que provoca es soledad. Nuestras residencias se basan en un modelo de atención centrada en la persona. Eso afecta a la gestión integral de toda la residencia, entre ellas a la arquitectura. La idea es crear unidades de convivencia de entre 15 y 25 usuarios que conviven en el día a día. Dentro de una residencia, se crean pequeñas residencias. Y luego hay cambios en la gestión del día a día o en los horarios. No es que el modelo estuviese pensado para una pandemia, pero por sus características la afronta mejor. Y en los últimos años se ha acelerado la implantación de este tipo de residencias.

—Y Gráficas Salnés, ¿qué tal acogida ha tenido?

—Nosotros entendíamos que el packaging de calidad era un sector de futuro. Y, al igual que con las residencias, este ha sido un sector que con la pandemia se ha agilizado. Sobre todo el tema de la sostenibilidad. La proximidad también ha empezado a ser una cuestión de valor e importante. Nuestro mayor competidor podríamos decir que es probablemente China y ahora somos más competitivos que lo que éramos hace tres años. Esa moda de la deslocalización que hubo en su día, podemos decir que actualmente se cuestiona mucho más. Cualquier empresa situada en España o en Galicia puede competir a nivel europeo.

—También han apostado por el sector de las gasolineras. ¿Cómo se encuentran estos negocios en un momento energético tan turbulento como el actual?

—- A día de hoy tenemos dos gasolineras abiertas, una en Cee y otra en Santiago. Es un sector muy complejo porque en los últimos años ha surgido una competencia enorme, sobre todo con grupos nacionales que apuestan por un modelo de gasolineras low cost. Nosotros queremos ocupar un punto intermedio. Somos gasolineras atendidas y dentro del sector atendido intentamos dar el mejor precio con combustibles de la máxima calidad.

—¿Y prevén abrir más gasolineras en los próximos meses?

—A día de hoy no lo tenemos previsto. Iremos viendo cómo evoluciona el sector.

—Siguen optando por un negocio muy diversificado, ¿por qué esta decisión de no centrarse en un solo sector?

—Nuestro único objetivo es seguir con el espíritu con el que Amador de Castro fundó el grupo: generar riqueza en Galicia. Y creemos que esto podemos afrontarlo mejor desde distintos sectores que intentando crear una gran compañía en un sector único.

—¿Tienen planes de sumar nuevos modelos de negocio?

—Sí, una de las últimas apuestas va encaminada hacia un proyecto de construcción industrializada.

—Una de las características de Figrupo es ese ADN gallego,¿el capital sigue siendo gallego?

—Sí, 100 % gallego.

—¿Y el principal mercado sigue siendo Galicia?

—Miramos para Galicia a la hora de invertir pero nuestro mercado en muchos ámbitos es nacional o incluso internacional. Creemos que desde Galicia se puede abarcar todo el mercado nacional. Creemos que apostar por un modelo de proximidad tiene ventajas de gestión; es más fácil gestionar una empresa en Cambados que una fábrica en otro país. Es más fácil conseguir la implicación de los trabajadores y además creemos que en Galicia tenemos muy buen capital humano. Somos gente trabajadora. Desde aquí somos capaces de competir en cualquier sitio.

—Este fue uno de los consejos que les dio el fundador, apostar siempre por generar riqueza en Galicia.

— Sí, ese es su espíritu y es lo que quiso hacer cuando decidió desinvertir en las ITV. Y por tanto, es lo que nosotros hacemos cada día. Él siempre defendió que hay que devolver a la sociedad una parte de lo que te da y la mejor forma de devolverlo creemos que es generando riqueza. Nuestro mejor aporte es crear empleo de calidad y sostenible en nuestro entorno.

—La presencia de la familia es muy importante en Figrupo...

—Sí, la presencia de las hijas de Amador es muy intensa. Es un proyecto muy continuista. La filosofía de Amador se mantiene a través de sus hijas y con nuevos negocios adaptados a los tiempos. Su familia ha sabido recoger esa forma de ver el mundo que tenía el fundador y adaptarla a los tiempos. Sabemos de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde queremos ir.