«La Desbandá», 87 años después: la tragedia que intentó evitar un farero de Lugo

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

CASTRO DE REI

Anselmo Vilar, en una imagen de su juventud
Anselmo Vilar, en una imagen de su juventud CEDIDA

Anselmo Vilar apagó las luces del faro de Torre del Mar (Málaga) para impedir que los barcos alemanes e italianos bombardeasen a los refugiados que huían de las tropas franquistas. Fue fusilado por su acto heroico

08 feb 2024 . Actualizado a las 22:11 h.

Hoy se cumplen 87 años de uno de los eventos más sangrientos de la Guerra Civil española. El 8 de febrero del 1937, miles de personas trataban de huir desde el municipio andaluz de Vélez-Málaga hacia Almería. Aquella fuga, provocada por la entrada de tropas franquistas en el sur de la provincia malagueña, se denominó «La Desbandá». Civiles de toda la zona escapaban de los soldados a pie, con lo puesto, hacia el Este, con la inocente esperanza de llegar a la frontera con Francia.

A principios de aquel febrero, los barcos italianos y alemanes bombardearon sin cesar la costa malagueña, con el objetivo de masacrar a los civiles que trataban de salvar su vida. De esta manera, apoyaban la entrada del bando nacional en la zona. Fue uno de los momentos más crueles de la Guerra Civil. 

El recuerdo que ha quedado de aquella tragedia humanitaria es el de la crudeza de lo sucedido y la indefensión de los ciudadanos que murieron a manos del franquismo. Sin embargo, una figura desconocida en aquel momento ha conseguido hacerse un hueco en la historia. 

Nacido en Castro de Rei, hijo de farero y malagueño de adopción

Se trata de Anselmo Antonio Manuel Vilar García. Él era el responsable del faro del municipio de Torre del Mar, en Vélez Málaga. Anselmo nació en el año 1882 en Castro de Rei (Lugo), de donde era originaria su familia. Su padre, también Anselmo Vilar, fue enviado al sur para ejercer como farero, un puesto que heredó su hijo. Anselmo recogió el testigo en el año 1920. Según los registros de la época, el lucense incluso vivió la construcción de un nuevo faro en el año 1930. Este edificio, sin él saberlo, marcaría su vida y su muerte.

A principios del 1937, las tropas franquistas, apoyadas por los bombardeos alemanes e italianos desde el mar, impusieron el terror en la costa malagueña. «La Desbandá» fue la única opción que les quedaba a los inocentes que habitaban esos municipios. Huyeron con lo puesto, pero eso no hizo que la crueldad cesase contra ellos. El día 6 de febrero y los sucesivos, los ataques de las tropas se dirigieron contra ellos de manera indiscriminada. 

El faro de Torre del Mar sigue en pie en la actualidad, aunque muy reformado y empequeñecido
El faro de Torre del Mar sigue en pie en la actualidad, aunque muy reformado y empequeñecido

Ahí fue cuando Anselmo Vilar entró en escena. El farero, responsable de la torre que iluminaba la costa de Vélez-Málaga, tomó una decisión que lo llevaría al paredón: apagar el faro para dejar sin visión a los bombarderos

Vilar dejó a oscuras la localidad durante dos noches. En ese lapso, 180.000 personas podrían haber pasado por esa costa, según los escritos de la época. Nadie sabe cuántas vidas salvó el farero lucense a mil kilómetros de su hogar.

Los bombarderos, confundidos al no ver la luz del faro, abandonaron Torre del Mar y se desplazaron al Oeste durante esos días. Así, se evitó una masacre aún mayor. Al censurar todas estas historias el régimen, el registro que ha permanecido es el de los medios extranjeros. Así contó en su día la tragedia The Manchester Guardian: «La evacuación de Málaga comenzó cuando la población supo de las dificultades de los frentes, pero nadie creyó que el éxodo voluntario iba a asumir el carácter de un cataclismo humano desconocido en la historia de Europa. Pronto se convirtió en una sangrienta realidad. El camino se tornó un infierno bombardeado por los barcos fascistas españoles y los aviones alemanes e italianos. (...) Pronto, el camino quedó cubierto de muerte».

«Un cataclismo humano desconocido en la historia de Europa»

El 8 de febrero, las tropas franquistas tomaron Torre del Mar. Entonces, supieron lo que había ocurrido con el faro y arrestaron a Anselmo Vilar. El lucense, que tenía 55 años, fue fusilado junto al cementerio de la localidad. Jamás se ha encontrado su cuerpo, a pesar de que hay registro de varias fosas comunes en la zona. 

El rastro de su familia se ha perdido en la zona de Lugo. No quedan descendientes directos de su estirpe en Castro de Rei. No tuvo hijos, así que se cree que su linaje pudo terminar con él.

A pesar de que tanto los municipios de Lugo como Vélez-Málaga conocen la historia del farero, nunca se le ha dedicado un homenaje o se han rendido honores a su acto heroico, que cumple ahora 87 años. Anselmo Vilar, eso sí, se ha ganado un hueco imborrable en la historia.