El Castillo de Navia, una insignia de Os Ancares que agoniza: «Debe pasar a mans públicas ou caerá»

María Guntín
María Guntín NAVIA DE SUARNA / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

La Asociación Veciñal Irmandade Naviega alerta de que las hiedras cubren buena parte de la edificación y esperan una restauración urgente para que tenga nuevos usos

17 feb 2024 . Actualizado a las 19:53 h.

En el centro de Navia de Suarna un imponente castillo vigila desde el alto este a los habitantes que sobreviven en este pequeño concello de la montaña de Lugo, que es también corazón de la Comarca de Ancares. Los orígenes de la construcción todavía son una incógnita, pero ya figura en documentos del siglo XI y su última remodelación, en el XX, sirvió para crear viviendas.

Sin embargo, el Castillo de Navia —reconocido por la Xunta como Bien de Interés Cultural (BIC)— lleva muchos años vacío y, con el paso de los años, la maleza y el deterioro han ganado terreno a este patrimonio que, a expensas de parecer olvidado, tiene detrás a una asociación vecinal que nació, en primera instancia, para luchar por la supervivencia del castillo.

Irmandade Naviega llegó a colocar una pancarta reivindicativa, por la que incluso fue denunciada, y este 2024 intensificará su pelea para conseguir que el inmueble sea de titularidad pública, pueda restaurarse, conservarse adecuadamente y convertirse en un edificio histórico y abierto a naviegos y turistas.

La historia

Existe poca información fiable en relación al Castillo de Navia aunque, tal y como explican desde la asociación, existe un documento del siglo XI en el que se enumeran bienes que el Conde Rodrigo Gutiérrez le entrega como dote a su esposa, entre las que figura este inmueble. Cuatro siglos más tarde, en el XV, pertenecía a la Casa de Altamira. Después, en el XVII, fue arrasado por el fuego y cayó entonces en el abandono.

Ya en el siglo XIX se dividió la Casa de Altamira y no se sabe a qué parte de los descendientes fue a parar el Castillo de Navia de Suarna.

A mediados del siglo XX, el cura Manuel López Armesto lo compró, pero no hay escritos que aseguren con exactitud a quién. Suyo es el mérito de restaurar parte de la fachada con bloques, «o que visto coa sensibilidade actual, representa un atentado e unha falta de respecto cara a un ben patrimonial que foi declarado BIC no ano 1994», precisan desde Irmandade Naviega.

Entonces, buena parte del edificio se habilitó para viviendas de alquiler, así que en la segunda mitad del XX al menos cinco familias convivían en el castillo, que contaba con al menos siete estancias. Los vecinos más longevos aún recuerdan que este párroco de Navia compró la propiedad a herederos del conde de Altamira y que quiso hacer viviendas para sus sobrinos. A finales de siglo, la propiedad quedó vacía.

A día de hoy, el castillo está deteriorado por el tiempo y las hiedras se van haciendo con buena parte de los muros exteriores. Todo parece indicar que, de seguir así, el deterioro acabará por hundir este patrimonio.

Posibles usos en el futuro

Desde Irmandade Naviega proponen varios usos para el Castillo de Navia. «Trátase dunha fortaleza no centro dun núcleo urbano, con todo o que isto significa en canto a potencialidades», precisan desde la entidad.

Proponen que el castillo albergue la Casa do Concello, que sobre él se haga un museo etnográfico de Os Ancares y asimismo, habilitar una sala multiusos que permite a los vecinos celebrar actos sociales y culturales. Por otra parte, piensan que sería recomendable hacer allí la primera biblioteca pública del ayuntamiento, así como una sala de exposiciones itinerantes.

Irmandade Naviega, que se constituyó en el año 2019, piensa también en la creación y potenciación de una ruta por los castillos de la comarca de Os Ancares que sea un revulsivo para la zona y que ayude a valorar el patrimonio de la zona.

«O noso concello padeceu durante décadas a ameaza do Gran Suarna nos seus diferentes proxectos, a sangría migratoria... É hora de actuar e concretar medidas para asegurar o futuro do rural», concluyen desde esta asociación de naviegos.

Por el momento, los vecinos que conforman la asociación buscan que el castillo sea de titularidad pública, fantasean ya con su posterior restauración y miran al futuro con la esperanza de, algún día, volver a traspasar los muros para disfrutar de una de las grandes insignias de Os Ancares.