Restaurando un hórreo en Os Ancares: «Isto só se pode facer con paciencia»

María Guntín
María Guntín OS ANCARES / LA VOZ

LUGO

Óscar Cela

Fidel Quindós es uno de los últimos carpinteros en activo de la montaña de Lugo y ha trabajado en una rehabilitación en la casa de Pascal, un holandés que busca revitalizar su aldea

27 sep 2023 . Actualizado a las 17:59 h.

Lo primero que se planteó Pascal Elzinga cuando se instaló en la aldea de Orbán (Cervantes, Lugo) fue buscar la forma de revivir una aldea de montaña que estaba deshabitada. Ahora, y aunque él es el único vecino, tiene claro que peleará para conseguir que llegue más gente al pueblo y crear una comunidad que permita homenajear la historia de una comarca que sobrevive alejada de la contaminación y del ruido de las ciudades.

Aunque Pascal lleva cuatro años asentado en Os Ancares, siempre tuvo claro que quería rehabilitar el hórreo anexo a la casa que compró. Y por suerte, el holandés encontró a Fidel Quindós, uno de los últimos «carpinteiros» de Galicia que conocen todos los entresijos del oficio y trabajan con tiempo, calma y mimo la madera. Hace unos meses, Fidel se puso manos a la obra, en sentido literal, y el hórreo de la casa de Pascal se ha convertido en un homenaje a la tradición de la montaña de Lugo.

Estado de degradación del hórreo que restauró Fidel Quindós, uno de los últimos carpinteros de Os Ancares
Estado de degradación del hórreo que restauró Fidel Quindós, uno de los últimos carpinteros de Os Ancares OSCAR CELA

«Isto foron varios meses de traballo; só se pode facer con paciencia e dedicación. Todos os piares están feitos a man. Conseguín os troncos en bruto e despois, traballeinos a machada, que quere dicir que empreguei un machete», dice Fidel sobre los entresijos de esta restauración. El trabajo no fue fácil, porque el hórreo estaba en muy malas condiciones: «Eu non sei como se podía ter en pé», asegura.

El proceso de restauración

El carpintero de Cervantes trabajó en todo momento a los pies de la construcción. Allí montó su mesa de trabajo provisional, acarreó todos los materiales, cogió las herramientas necesarias y empezó a pensar en todo lo que debía tener en cuenta para que garantizar la longevidad del hórreo: «Tiven en conta as zonas nas que máis dá o aire para tapalas e protexelas con táboas. Ademais, decidín facerlle pequenas inclinacións nalgunhas zonas para facilitar a saída de auga da choiva e evitar así que a madeira se enchoupe e degrade», dice el artesano, que también tuvo tiempo para dejar volar la imaginación e incluso instaló una baranda nueva en el corredor que antes no existía.

Toda la restauración está hecha con madera de castaño porque «é a tradicional da zona e ademais, é de moi boa calidade».

Fidel Quindós es uno de los últimos carpinteros «tradicionales» de Os Ancares
Fidel Quindós es uno de los últimos carpinteros «tradicionales» de Os Ancares OSCAR CELA

Ahora, este hórreo tradicional de Os Ancares luce desde lo alto, ya que Fidel y Pascal acordaron levantarlo un poco para aprovechar también el espacio inferior que hay entre los pilares.

«Fíxeno á miña maneira. Este hórreo é un dos mellores que teño visto e grazas á restauración feita con madeira non necesita mantemento porque vai durar máis o castaño que empreguei eu que 20 ou 30 vernices», asegura Fidel.

Desde la aldea de Orbán, todo parece hecho a medida para conseguir devolver a la casa de Pascal el espíritu de hogar labrego que tuvo décadas atrás. El holandés está convencido de que lo destinará a un uso tradicional. «Esto servirá de almacén, para meter comida y todo lo necesario porque sigue habiendo ratones y este sistema diseñado hace siglos sigue siendo el más efectivo de todos», asegura.