La Brigada de Extranjería de Lugo, mejor que nunca: «Aquí nos dedicamos a ayudar a los ciudadanos, no a expulsarlos»

André Siso Zapata
ANDRÉ S. ZAPATA LUGO / LA VOZ

LUGO

Los inspectores Luis González y Sonia Aparicio, responsables de la Brigada de Extranjería.
Los inspectores Luis González y Sonia Aparicio, responsables de la Brigada de Extranjería. Óscar Cela

Su jurisdicción incluye toda la provincia, lo que aumenta la carga de trabajo de una unidad con 13 empleados

21 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La Brigada de Extranjería de la Policía Nacional de Lugo vive su mejor momento. Al menos, en lo referente a la productividad en el trabajo y a la asistencia a los ciudadanos. Después de unos años difíciles, la alargada sombra de la Operación Carioca dejó en paz a la sección, dándole vía libre para recuperar el valor que para algunos lucenses pudo haber perdido.

Sonia Aparicio y Luis González son los inspectores de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la comisaría de Lugo. Ella dirige la sección de Documentación, mientras que él se encarga del Grupo Operativo de Extranjeros (GOE), las dos partes principales de la Brigada. La gran mayoría de procesos en los que trabaja su grupo, sin embargo, tiene que pasar antes por la Oficina de Extranjeros, ubicada en el edificio de la Subdelegación de Lugo. Es esta institución la que les envía muchos casos de ciudadanos de origen foráneo residentes en Lugo, los cuales acuden a Extranjería por un sinfín de motivos.

«Es posible que la gente vea a la Brigada de Extranjería como una sección que se dedica a expulsar del país a los delincuentes extranjeros. En realidad, hacemos muchísimo más que eso, y nos centramos en ayudar a todo el que nos necesita». Así explica la «función pública» de su sección la inspectora Aparicio. «Lo cierto es que la carga de trabajo es enorme, ya que la unidad se encarga de los asuntos de toda la provincia, no solo de Lugo», añade su compañero.

La sección de Aparicio se dedica, principalmente, al desarrollo de cuatro trámites. El primero, las cartas de invitación, sirven para que un familiar o amigo de un extranjero residente en Lugo pueda venir a visitarlo de forma temporal. En la Brigada, se gestionaron 115 de estas cartas en el 2021. Luego están los certificados comunitarios (193 este año), que acreditan que un ciudadano pertenece a la Unión Europea. La mayor carga de trabajo, sin embargo, derivan de las solicitudes de las Tarjetas Rojas de Protección. Están destinadas a aquellas personas que soliciten asilo en España por ser perseguidos en sus países de origen por motivos de raza o ideología, por ejemplo. «Son unos trámites muy farragosos, con muchas fases, y que nos ocupan un montón de horas cada semana, y hay gente que lleva años en listas de espera», explica la inspectora. Finalmente, están las autorizaciones de regreso, pero solamente se concedieron 45 este último año.

En un año, 16 expulsados

Es la sección operativa, dirigida por González, la que responde a la visión más popular de la Brigada. Es el GOE el encargado de investigar posibles infracciones administrativas, como cuando alguien intenta fingir una relación matrimonial para conseguir un permiso de residencia, o supuestas infracciones penales, como la trata de personas, el incumplimiento de los derechos de los trabajadores extranjeros o la falsedad documental. «Lo cierto es que la situación está muy controlada. El porcentaje de extranjeros que cometen delitos en Lugo es mucho menor al de los que vienen para ganarse la vida honradamente», explica el inspector.

En la sección de Extranjería trabajan 13 personas, 8 de ellos agentes.
En la sección de Extranjería trabajan 13 personas, 8 de ellos agentes. Óscar Cela

Es su unidad la encargada de proceder a la expulsión del país de aquellos que hayan cometido algún delito o que se les haya terminado el permiso de residencia y no se hayan ido voluntariamente.

En lo que llevamos del 2021, la Brigada de Extranjería expulsó de Lugo a 16 personas. Cinco de ellas fueron condenadas a este castigo por un juez, dos eligieron sustituir parte de su pena de cárcel por volver a su país de origen, seis tuvieron que marcharse por no tener permiso de residencia, dos ciudadanos de la UE condenados por algún delito y uno fue devuelto cuando intentaba entrar en España de forma ilegal por vía marítima.

«Cuando hay menores no acompañados de por medio, los tramites se eternizan»

El término «MENA» (Menor Extranjero No Acompañado) ya es historia. Ahora, se debe utilizar «NNMNA» (Niños, Niñas y Adolescentes Migrantes no Acompañados). Así lo explican los inspectores de la Brigada de Extranjería, que nombran a los casos en los que deben documentar a menores extranjeros que llegan a España sin ningún tipo de identificación como «los trámites más complejos».

La carga de trabajo en la unidad es «enorme», según los policías. En la sección trabajan, de forma estable, trece personas. Son ocho agentes, dos inspectores y tres funcionarios. Sin embargo, en muchas ocasiones, los inspectores deben gestionar la unidad contando con menos personal. «Siempre hay gente de baja, de vacaciones, librando... Además, muchas veces tenemos que realizar labores de escolta a la hora de expulsar a algún extranjero. Hace poco, cuatro agentes tuvieron que volar a la República Dominicana para acompañar a dos condenados que habían sido expulsados por orden judicial. Estos detalles dejan la Brigada bajo mínimos muchas veces», explica Luis González. «Somos la sección más polivalente de la Policía Nacional», resume la inspectora Aparicio.

La labor de Extranjería está presente en casi todos los sectores. «Vigilamos en busca de irregularidades muchas granjas, barcos de pesca, personal de asistencia a mayores... Hay muchos caladeros para este tipo de delitos», explica el inspector González. «En los últimos meses, tuvimos un caso de trata de ciudadanos peruanos en Burela o uno de falsedad documental de senegaleses en una explotación agrícola de Begonte, por ejemplo», finaliza.