El confuso panorama de la izquierda en Lugo

enrique g. souto lugo / lA voz

LUGO

PRADERO

23 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En el panorama político español a babor de la nave popular se ve, en palabras de Jordi Gracia , a «(...) la socialdemocracia sonámbula y la nueva izquierda hiperventilada». Así es el paisaje que puede apreciarse en la política lucense. En el caso del PSdeG-PSOE, el sonambulismo tiene mucho que ver con la empanada ideológica en la que andan perdidos sus más conocidos representantes. Y, falto de claridad ideológica, el socialismo lucense practica, provincia adelante, métodos de persuasión de eficacia largamente probada por aquellos a los que combatieron políticamente quienes les precedieron en el partido. Cacharro, que fue hombre de ironía próxima al sarcasmo, hubiese comentado con gusto algunas de las estrategias del socialismo actual en Lugo. Y no hubiese dicho algo muy distinto de lo que podrían decir algunos de los históricos del PSOE lucense.

La otra izquierda, la «hiperventilada», en palabras de Gracia, va camino de la insignificancia. Lugonovo es víctima de los líos interminables de En Marea y de su propia indefinición desde que perdió la locomotora que era para este partido Santiago Fernández Rocha. Y qué decir de Esquerda Unida en Lugo, que en la política municipal es un Guadiana que ahora está y después no está. EU tiene en Carlos Portomeñe al más sólido de los portavoces municipales del momento. El discurso ideológico es esencial, pero insuficiente cuando se juega en el campo local de la política.

Por su lado, el Bloque navega con soltura en el confuso mar que es el nacionalismo de izquierda, una contradicción tan notable como la de reclamar la desaparición de la Diputación y formar parte de su gobierno durante años. El portavoz nacionalista, Rubén Arroxo, surfeó sin grandes costes el embolado del apoyo dado por el BNG a la investidura de una alcaldesa cuya gestión de la cosa pública es evidente.

Los socialistas y la nueva izquierda caminan en Lugo hacia unas elecciones locales que despejarán las dudas acerca de su verdadera implantación social. También quedará claro cuánto vale políticamente Lara Méndez. Orozco le dio al PSOE el gobierno lucense durante veinte años; ahora toca ver cuántos le da Méndez a la «socialdemocracia sonámbula».