Las coloridas colchas de las tejedoras de Chantada salen del olvido

Francisco Albo
francisco albo CHANTADA / LA VOZ

CHANTADA

Una de las piezas estudiadas por los investigadores se conserva en la parroquia de Esmeriz
Una de las piezas estudiadas por los investigadores se conserva en la parroquia de Esmeriz CEDIDA

Un estudio recupera la memoria de las antiguas artesanas textiles de la comarca

26 ene 2024 . Actualizado a las 10:28 h.

La tradición textil artesanal de la comarca de Chantada protagoniza un proyecto de investigación promovido por el Espacio Vilaseco, un centro cultural y artístico creado en la parroquia de Mouricios por la galería coruñesa Vilaseco. La iniciativa ha comprendido la realización de un estudio sobre la artesanía local del lino y la lana a cargo del historiador y arqueólogo Manuel Rodríguez Calviño y una plantación de lino según las técnicas tradicionales. El proyecto —desarrollado con una ayuda de fondos europeos Next Generation— se ha plasmado en la edición de un libro que será distribuido gratuitamente en formato pdf a las personas que lo soliciten. «Si encontramos financiación querríamos editarlo también en papel», dicen los responsables.

El área de investigación abarcó las parroquias de Mouricios, Adá, Argozón, A Laxe y Muradelle. Durante el trabajo de campo también se realizaron entrevistas y se recogieron datos en las parroquias de Viana y Esmeriz. Todas estas localidades tienen en común el hecho de estar situadas en la parte alta del municipio, en las laderas sur y este del monte Faro. En estas parroquias trabajaron numerosas tejedoras hasta la segunda mitad del siglo pasado.

En la investigación se ha recuperado la historia personal de seis tejedoras chantadinas —Teresa Montes Rodríguez, Elvira Saco Contento, Josefa Brigos Viana, María Viana Ratón y las hermanas Evangelina y Elvira Rodríguez Osorio— mediante entrevistas con familiares directos. En el estudio también se han examinado diversas piezas textiles elaboradas por estas artesanas que se han conservado hasta hoy. Según apunta Rodríguez Calviño, las mujeres que se ocupaban de este trabajo tradicional eran las encargadas de elaborar las telas que se empleaban en la confección de ropa —como mandiles, faldas, refajos o camisas—, pero también de elementos del menaje doméstico o de uso cotidiano, como sacos, sábanas, mantas, toallas y cobertores.

Plantación y preparación del lino con la técnica tradicional

El proyecto de investigación promovido el Espacio Vilaseco comprendió una plantación de lino que se realizó en la parroquia de Mouricios siguiendo las indicaciones de varios vecinos que recuerdan cómo se realizaba esta labor. En la actividad también se preparó el lino para utilizarlo como material textil empleando las técnicas y herramientas tradicionales.

En esta iniciativa, indican por otro lado desde el Espacio Vilaseco, se pudo comprobar la complejidad, la dureza y el gasto de tiempo que supone el proceso artesanal de cultivo y preparación del lino, uno de los motivos por los que esta labor acabó por desaparecer. «En la mayor parte de los casos se les estima un rendimiento económico bajo, debido posiblemente al carácter estacional de la actividad y al hecho de que se combinaba con el resto de los trabajos agrícolas, ganaderos y de cuidado de la casa y de los hijos», señala a este respecto el estudio.

Una colcha realizada por Elvira Rodríguez Osorio, de Esmeriz
Una colcha realizada por Elvira Rodríguez Osorio, de Esmeriz

Diseños que no se ven en otras partes de Galicia

Una de las piezas documentadas en el estudio realizado por el Espacio Vilaseco es un cobertor elaborado por la tejedora Elvira Rodríguez Osorio en la parroquia chantadina de Esmeriz. Se trata —señalan los responsables— de «una obra peculiar por la composición y motivos empleados». Los patrones de diseño utilizados en este trabajo se han podido documentar en otras partes de Chantada, así como en los municipios vecinos de Taboada y Rodeiro, pero no en el resto de Galicia.

La composición decorativa de estas colchas, señalan los autores del estudio, está definida por unos cuadrados que ocupan toda la pieza y que están presididos por una estrella central de gran tamaño rodeada de motivos florales circulares y diseños vegetales de forma triangular. Esa estrella central —añaden— es un motivo muy repetido en los cobertores elaborados en la comarca, con algunas variantes.

El origen de esta singular decoración, dice asimismo el estudio, no se ha podido determinar por ahora y tampoco se sabe cuándo empezó a ser utilizada por las tejedoras de Chantada y de otros municipios limítrofes. Independientemente de los motivos y las técnicas empleadas —agrega—, todas estas piezas textiles «destacan por los colores intensos y llamativos, mezclados en combinaciones que en algunos casos nos parecen casi imposibles y muy actuales». A juicio del investigador, «no cabe duda que se trata de los elementos del arte popular gallega en los que el color tiene más importancia».