Irán e Israel se alejan de una guerra abierta

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Una pareja iraní pasa junto a una enorme pancarta antiisraelí con imágenes de misiles, en Teherán.
Una pareja iraní pasa junto a una enorme pancarta antiisraelí con imágenes de misiles, en Teherán. ABEDIN TAHERKENAREH | EFE

El régimen de los ayatolás da a entender que no habrá represalias al limitado ataque lanzado por el Gobierno de Netanyahu contra Isfahán, corazón del plan nuclear del país persa

20 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Irán e Israel apuestan por la contención que le pedía toda la comunidad internacional  y alejan el peligro de una guerra abierta. El ataque limitado lanzado la madrugada del viernes por Israel en represalia por la ofensiva iraní contra su territorio del pasado sábado, así como la apuesta del régimen islámico de restar importancia a lo sucedido y dar a entender que no tendrá respuesta, reducen las posibilidades de una escalada. Aunque en el volátil escenario de Oriente Medio cualquier error de cálculo puede ser fatal, las dos potencias regionales parece optar por volver a su estrategia habitual: la guerra en la sombra que libran desde hace década sin llegar a un enfrentamiento directo.

Ante el habitual silencio oficial de Israel en operaciones de este tipo, medios estadounidenses fueron los primeros en informar de que las fuerzas israelíes había llevado a cabo ataques aéreos con misiles contra la ciudad de Tabriz y la provincia de Isfahán, que alberga desde una base militar iraní a laboratorios nucleares claves, como la central de Natanz y el centro tecnológico ENTC, el complejo de investigación atómica más grande del país.

El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Mariano Grossi, confirmó que no se produjo daños en las instalaciones nucleares de Isfahán y recordó que estas infraestructuras «nunca deben ser un objetivo» en un conflicto. 

«En el último minuto»

Durante la reunión de ministros de Exteriores del G7, el representante de Estados Unidos, Antony Blinken, comunicó que Israel le informó en el «último minuto» de una acción bélica con drones sobre territorio iraní, según desveló el jefe de la diplomacia italiana, Antonio Tajani. Blinken también quiso aclarar que Washington «no ha estado implicado en ninguna operación ofensiva». «En lo que estamos centrados es en el trabajo para reducir las tensiones ante cualquier potencial conflicto», agregó.

Desde Teherán, la reacción fue restar importancia al ataque. Los medios estatales iraníes dijeron que sus sistemas de defensa aérea interceptaron «tres pequeños drones» cerca de la ciudad de Isfahán, la antigua capital del imperio persa famosa por sus hermosas mezquitas. Irán amaneció en aparente normalidad, tras una alarma inicial que llevó al cierre de cuatro aeropuertos. Por la tarde su ministro de Exteriores, Hossein Amir Abdolahian, reiteró el mensaje oficial de minimizar lo ocurrido al acusar a los medios de comunicación afines al «régimen sionista» de «magnificar» el ataque israelí, y señalar que no causó ni daños ni víctimas en Isfahán. El mensaje del régimen es claro: no busca un enfrentamiento directo, que arrastraría a Estados Unidos y otras potencias occidentales.

Ante el silencio oficial del Gobierno de Benjamín Netanyahu, el único que se pronuncio fue el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, para criticar lo limitado del ataque. En la red social X publicó una única palabra: «¡Espantapájaros!», que en argot hebreo significa «débil». Un mensaje que el líder opositor, Yair Lapid, calificó de «imperdonable».

Los analistas coinciden en señalar que la ofensiva buscaba mandar la señal de que Israel no quiere una guerra regional, pero que aun así tiene la capacidad de atacar las instalaciones nucleares iraníes, si así lo decide. Cumplido el objetivo, Benjamin Netanyahu puede centrarse en la ofensiva sobre Rafah, a la que la Administración Biden habría dado luz verde a cambio de su contención con Irán y la promesa de no lanzar una basta operación militar que deje un alto número de víctimas civiles.

El G7 insta a la distensión, pero evitar imponer sanciones por ahora a Teherán 

La cumbre de los ministros de Exteriores del G7 concluyó este viernes con un llamamiento tajante a la distensión entre Irán e Israel, pero sin la imposición de nuevas sanciones al régimen de los ayatolás, solo con su amenaza en caso de no contribuir a la estabilización regional.

«Hemos condenado el reciente ataque de Irán contra Israel. El G7 respalda la seguridad de Israel, pero invitamos a todas las partes a evitar una escalada», resumió en la rueda de prensa final el ministro anfitrión, Antonio Tajani. El cónclave diplomático tuvo lugar en la idílica Capri mientras las tensiones seguían sacudiendo el planeta. «Es un lugar muy bonito, pero el mundo no es así», resumió el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell. De hecho finalizó con el bombardeo israelí sobre Irán. Los ministros del G7 (Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón y el Reino Unido) emplazaron a Teherán a «cesar su relación» con Hamás y la milicia libanesa Hezbolá.