China promueve las bodas colectivas

María Puerto PEKÍN

INTERNACIONAL

Parejas se preparan para las fotos de su boda, en una imagen de archivo en Shanghái
Parejas se preparan para las fotos de su boda, en una imagen de archivo en Shanghái Aly Song

El Gobierno quiere impulsar con esta nueva iniciativa la formación de familias y la natalidad

15 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En la televisión China se pueden ver reportajes de bodas colectivas, donde decenas e incluso centenares de parejas vestidas con los elaborados trajes tradicionales rojos se dan el sí quiero en una ceremonia común. El escenario normalmente es un parque o una plaza importante de la ciudad y los drones capturan bonitas imágenes aéreas de la ceremonia sobrevolando a las parejas y siguiendo la coreografía del acto. También salen los mensajes que presiden estos eventos: pancartas con lemas con el pensamiento de Xi Jinping que impulsa «una cultura matrimonial y de maternidad de nueva era» y consignas contra la tradición de la dote, el precio que la familia del novio paga a la de la novia al acordar el matrimonio.

La promoción del matrimonio colectivo intenta acabar con la figura de la dote y también con los excesivos gastos que supone el banquete de boda y que muchas veces provoca el endeudamiento de la familia.

En el fondo de todo ello está el objetivo del gobierno de impulsar los matrimonios y la natalidad. China padece una caída de nacimientos récord y pierde población. En el 2022 y el 2023 registró un crecimiento negativo por primera vez desde 1961, la época del Gran Salto Adelante que provocó una gran hambruna.

Las autoridades insisten en reformar las costumbres matrimoniales y que la población renuncie a seguir exigiendo el pago de una dote por la novia. En la China urbana popularmente se dice que un hombre para casarse necesita tener casa, coche y trabajo. En las zonas rurales, la tradición de la dote está todavía más arraigada. Según el periódico Global Times, en provincias rurales como Jiangxi, en el sureste de China, la dote puede ascender a unos 31.000 euros. La política del hijo único ha creado una desigualdad de género debido a los abortos selectivos de niñas. Actualmente, se calcula que hay casi 35 millones más de hombres que de mujeres. La emigración a las ciudades deja a los campesinos con escasas posibilidades de encontrar esposas.

Las bodas colectivas son una medida más para abolir lo que el Partido Comunista considera hábitos obsoletos y que también incluye los funerales costosos. La Administración ofrece incentivos a las familias que renuncien a la dote o acepten una cantidad reducida que no supere los 5.000 euros. Entre los beneficios hay ventajas sociales, como prioridad para matricular al futuro hijo en el colegio que elijan, gratuidad en el transporte público y facilidades para acceder a puestos de trabajo públicos. También se ofrecen entradas gratis en parques nacionales, chequeos médicos o ventajas para recibir subsidios agrícolas e incluso puntos a canjear en supermercados.

Independientemente de la necesidad de acabar con tradiciones que siguen cosificando a la mujer y que la consideran un elemento a comprar, también hay mucha ideología en los incentivos al matrimonio.

El año pasado la Administración china lanzó la campaña para impulsar «una cultura matrimonial y de maternidad de nueva era» con el objetivo, según los documentos oficiales, de fomentar un «entorno amigable para la maternidad». La finalidad es fortalecer y orientar la opinión de los jóvenes a favor del matrimonio, una opción que no seduce a muchos en la actualidad.

La iniciativa intenta que los gobiernos locales desplieguen medidas para fomentar el matrimonio como primer paso para aumentar la natalidad. También promueven la cultura de que la familia es el lugar para cuidarse mutuamente en contraposición al individualismo.

La prensa ha podido constatar que en algunas de las bodas colectivas ha habido testimonios de parejas que llevaban algunos años casadas e incluso tenían hijos. Participar en la ceremonia se consideraba un acto de fidelidad y apoyo a las directivas del Partido Comunista. Las imágenes de las bodas colectivas se utilizan para promocionar el matrimonio entre los jóvenes.