El asalto a la embajada de México abre una crisis de gobernabilidad en Ecuador

La Voz H. ESTEPA BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, sale de su vehículo este lunes para un acto en El Quinche.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, sale de su vehículo este lunes para un acto en El Quinche. Karen Toro | REUTERS

Noboa pierde apoyos en el Parlamento tras pasar a la oposición los 51 legisladores del partido correísta Revolución Ciudadana

08 abr 2024 . Actualizado a las 22:08 h.

Problemas para el presidente Daniel Noboa. El asalto de la policía a la Embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, condenado por corrupción y refugiado allí desde diciembre, ha dejado a Ecuador en una difícil situación internacional y provoca una crisis de gobernabilidad al joven presidente ante la pérdida de apoyos en la Asamblea Nacional, en un momento en que repunta la ola de violencia.

«Noboa ha demostrado claramente que no tiene la capacidad de gobernar», dijo Luisa González, excandidata presidencial correísta. Sella así el divorcio de su partido, la Revolución Ciudadana (RC) con el Gobierno y se pasa a la oposición. Noboa había logrado aprobar cinco leyes económicas y de seguridad, incluida una subida de impuestos, con el apoyo del partido del expresidente Rafael Correa y la principal formación de la derecha tradicional, el Partido Social Cristiano (PSC).

Las fuerzas combinadas con el partido centrista de Noboa sumaban 92 de los 130 legisladores en la Asamblea, pero ahora la salida de los 51 diputados correístas de esa alianza de facto (no había nada firmado) va a suponer un quebradero de cabeza al presidente. El correísmo tendrá, si se suma a sus aliados, la capacidad de bloquear el Legislativo. «Noboa cree que manejar un país es manejar su hacienda bananera», señaló Rafael Correa, exiliado en Bélgica tras ser condenado por cohecho, pena que él considera fruto de una persecución política.

El Gobierno de Noboa ha defendido con su lema «cero impunidad» el asalto a la embajada para detener a Glas, ex número dos de Correa, que también se considera a sí mismo como un perseguido político. Según algunos analistas, el movimiento, aunque le perjudica de manera inmediata, puede beneficiarle a medio plazo debido al ansia de parte de la sociedad por la rendición de cuentas de sus políticos y de mano dura.

La popularidad de Noboa había caído desde el 85 % hasta el 74 % recientemente, mientras los asesinatos volvían a crecer (137 solo en semana santa) y la extorsión y secuestros se dispararon. El estado de excepción terminó este lunes en Ecuador, pero el presidente decretó que el «conflicto armado interno» seguía vigente, lo que permite la continuidad de los militares en la calle.

A nivel internacional, Ecuador lo tiene complicado. Recibió, este fin de semana, las críticas de EE.UU., la UE, y Gobiernos de distinto signo político como Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Honduras, Cuba y Venezuela. México inició ayer acciones para denunciar a Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia. La ministra de Exteriores mexicana, Alicia Bárcena, cree que su país puede «ganar» el caso «rápidamente». Las consecuencias para Ecuador podrían ir desde una multa hasta la prohibición de participación en ciertas instancias de los organismos multilaterales.