México rompe relaciones con Ecuador ante el insólito asalto a su embajada en Quito

Héctor Estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Una mujer llora tras la detención del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas en Quito.
Una mujer llora tras la detención del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas en Quito. José Jácome | EFE

Rechazo casi unánime de todos los dirigentes de América Latina al arresto por la fuerza de Jorge Glas

07 abr 2024 . Actualizado a las 21:40 h.

Terremoto diplomático de consecuencias impredecibles en América Latina. El Gobierno ecuatoriano del presidente Daniel Noboa autorizó, el viernes por la noche, el asalto policial a la embajada de México en Quito para arrestar al exvicepresidente progresista, Jorge Glas, condenado por corrupción y que permanecía refugiado en la sede diplomática desde diciembre.

Las imágenes de los agentes escalando la valla de la casona, situada en el norte de Quito, le han supuesto a Ecuador una crítica prácticamente unánime por parte de la política latinoamericana por incumplir la Convención de Viena, que establece la inviolabilidad de las sedes diplomáticas, sentando un precedente en la región y en todo el mundo.

México cortó inmediatamente las relaciones diplomáticas con el país andino. «Se trata de una violación del derecho internacional y de la soberanía de México», escribió el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en su cuenta de X (antes Twitter) en la madrugada de ayer.

La escalada de tensión entre los dos países fue rápida. López Obrador sugirió, el pasado viernes, que el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, en agosto, había influido en la victoria en las urnas de Noboa. El Gobierno ecuatoriano respondió expulsando a la embajadora mexicana y enviando policías a la sede diplomática del país norteamericano en Quito, una actitud que López Obrador consideró como propio «de fachas».

Del asilo político a la detención

Este viernes, México decidió otorgar asilo político a Glas, una de las figuras políticas más controvertidas de Ecuador, vicepresidente de Rafael Correa —y uno de sus más cercanos colaboradores— y de Lenín Moreno, condenado por el caso Odebrecht en el 2017, liberado en el 2022, cuando había cumplido la mitad de la condena, y acusado de otro caso de corrupción en el 2023, lo que detonó su solicitud de refugio.

México pidió el viernes un salvoconducto para que Glas saliera rumbo a México en el avión que iba a repatriar a su embajadora. Y Ecuador autorizó entonces el asalto argumentando que «ningún delincuente puede ser considerado perseguido político» y criticando una intromisión en su política interna de México, que avanza una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia.

El asalto a la embajada ha sido censurado por políticos de todas las ideologías en una América Latina muy polarizada. «Se ha roto la Convención de Viena y la soberanía de México en Ecuador. América Latina y el Caribe debe mantener vivos los preceptos del derecho internacional en medio de la barbarie que avanza en el mundo», señaló el presidente colombiano, Gustavo Petro. La presidenta hondureña, Xiomara Castro, convocó una reunión urgente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Organización de Estados Americanos (OEA) manifestó también su rechazo.

Argentina se unió a la crítica. La acción de Noboa sienta un precedente. La preocupación atenaza al país austral porque en su embajada en Venezuela se refugian varios miembros del partido de la opositora María Corina Machado, a pesar de que Maduro también condenó el asalto a la embajada mexicana.

Unas relaciones tranquilas hasta la actual crisis diplomática

El asalto del viernes a la embajada de México en Quito ha dejado en suspenso casi dos siglos de relaciones diplomáticas entre México y Ecuador.

Los dos países iniciaron contactos en la década de 1830, cuando México abrió un consulado en Guayaquil. La relación creció especialmente en la segunda mitad del siglo XX. Doce presidentes ecuatorianos han viajado a México y cuatro presidentes mexicanos a Ecuador, incluidos los predecesores de los actuales mandatarios, aunque ni Andrés Manuel López Obrador, no muy dado a los viajes, ni Daniel Noboa han realizado visitas oficiales.

Tanto México como Ecuador son parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Tienen varios tratados bilaterales, entre ellos los acuerdos para combatir el narcotráfico, extradición y para reconocer los títulos universitarios del otro país.

La ruptura no afectará de forma clave al comercio. México importó en el 2023 mercancías de Ecuador por valor de 228 millones de dólares, mayoritariamente cacao, y exportó al país andino productos por 595 millones de dólares. Las exportaciones mexicanas suponen solo el 1 % de las importaciones de Ecuador y las exportaciones de este país suponen apenas el 0,023 % de las importaciones de México. La ruptura puede «dificultar la realización de trámites —señaló la diplomática mexicana Martha Bárcena—, pero normalmente en estas situaciones algún otro país se hará cargo de estos temas».