Israel desclasifica documentos para tratar de evitar la condena por genocidio del tribunal de la ONU

Mikel Ayestaran ESTAMBUL / COLPISA

INTERNACIONAL

Desplazados palestinos reciben su ración de comida en Rafah.
Desplazados palestinos reciben su ración de comida en Rafah. HAITHAM IMAD | EFE

Alega que permitido la ayuda humanitaria en Gaza frente a la acusación de Sudáfrica que hoy ve la Corte Internacional de Justicia

26 ene 2024 . Actualizado a las 10:56 h.

Israelíes y palestinos miran a La Haya donde la Corte Internacional de Justicia (CIJ) comunicará este viernes su decisión sobre la solicitud de Sudáfrica de imponer medidas cautelares en el caso de presunto «genocidio» cometido por Israel en Gaza. Una de esas medidas es el alto el fuego, algo a lo que el Estado judío se opone de manera frontal en un momento en el que su Ejército ha cercado Jan Yunis, la ciudad natal de los líderes de Hamás Mohamed Deif y Yahya Sinwar, un gran bastión de los islamistas. Justo 24 horas antes de conocerse la decisión de la CIJ, Israel desclasificó más de treinta órdenes secretas emitidas por líderes del Gobierno y militares, que «refutan la acusación sobre genocidio y muestran los esfuerzos israelíes para disminuir las muertes entre civiles», según recoge The New York Times, que tuvo acceso a los documentos.

Uno de los argumentos presentados por Sudáfrica ante la Justicia fueron las declaraciones de ministros y dirigentes durante las primeras semanas de guerra. Entre los casos citados en La Haya se encuentran los protagonizados por Yoav Gallant, ministro de Defensa, quien dijo que Israel estaba luchando contra «animales humanos»; Amhay Eliyahu, ministro de Patrimonio, que sugirió lanzar una bomba nuclear sobre Gaza, y el presidente del país, Isaac Herzog, quien describió a los palestinos como «una nación entera que es responsable».

La desclasificación de documentos persigue rebajar la gravedad de estas declaraciones y muestra frases de Benjamín Netanyahu ante el gabinete de guerra defendiendo «la absoluta necesidad» de permitir la entrada de ayuda.

Protestas en Israel

Israel se ha convertido desde el 7 de octubre en un manifestódromo con Tel Aviv y Jerusalén como epicentros de unas movilizaciones que no han parado pese a la amenaza constante en muchos momentos de los cohetes palestinos. En las últimas 24 horas las familias de los rehenes salieron a las calles en las dos ciudades y en Jerusalén se registró además una movilización de sectores radicales que piden el final de la entrada de ayuda humanitaria a la Franja.

En la vecina Ramala también los palestinos salieron a protestar, en su caso para pedir a Egipto que abra el paso de Rafah para la entrada de muchos más camiones. «Es un circo, un teatro y diga lo que diga la Corte no tendrá impacto sobre el terreno. No es real, es gente que juega con los jueces y no entienden que esto es cosa de vida o muerte. Los israelíes sabemos que es un puro show, nada más», explica Aviram Meir, tío de Almog Meir Jan, joven de 21 años que estaba en el festival Supernova el 7 de octubre y que es uno de los más de cien cautivos que siguen en Gaza. Aviram participa en la pequeña acampada levantada por las familias a las puertas de la residencia de Netanyahu, en plena calle Azza de Jerusalén. Pasados 111 días de cautiverio mantienen la esperanza, pero saben que cada día que pasa la cosa se complica más y más.

Bastión islamista

Jan Yunis se ha convertido en el centro de los combates en los últimos días. El ejército hebreo asegura que ha logrado rodear la ciudad natal de Sinwar y Deif, líderes de Hamás y cerebros del ataque del 7 de octubre. En esta guerra no hay líneas rojas y los militares han sitiado los dos últimos hospitales que quedan operativos, Nasser y Al Amal. Como ocurrió en Ciudad de Gaza con Al Shifa, consideran que Hamás puede tener centros de mando bajo los centros sanitarios.

Los refugios de la ONU tampoco se libran y en el ataque sufrido por uno de ellos el miércoles se elevó a trece el número de muertos. Thomas White, responsable de UNRWA, denunció que «este no es un incidente aislado. Esto está sucediendo en todo Jan Yunis y ha sido un patrón en otras partes de Gaza. Ha habido un costo desproporcionado entre la población civil a medida que los combates llegan a estas áreas. En el centro atacado hay 43.000 personas registradas, todas desplazadas de otras partes de la Franja.

Pese a anunciar la entrada en vigor de una nueva fase de menor intensidad, los bombardeos son intensos y la creación de la nueva zona de seguridad avanza a base reventar todo edificio que se encuentre a menos de un kilómetro de la verja de separación.

Israel vuela zonas residenciales enteras, pese a la recomendación de Estados Unidos de no hacer algo semejante. Los militares avanzan y Gallant informó de »la captura de cien milicianos« y la muerte de »cientos« en los túneles de Jan Yunis en las últimas 48 horas. «Hamás se está derrumbando en sus propios túneles», declaró el ministro de Defensa. Desde la Organización Mundial de la Salud, su máximo responsable, Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó un día más que »el alto el fuego debería haberse alcanzado hace mucho tiempo. Han muerto 26.000 personas. Las epidemias y el hambre se extienden«.

La CIJ podría aprobar como medida cautelar el alto el fuego en el caso abierto contra Israel por genocidio, pero no tiene capacidad de ejecutar esta decisión y la última palabra siempre será del Estado judío diga lo que diga la Corte Internacional.