La crispación se intensifica en el juicio civil contra Trump en Nueva York

Miguel Palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Trump con su habitual puño en alto, a la salida del juzgado de Nueva York.
Trump con su habitual puño en alto, a la salida del juzgado de Nueva York. DAVID DEE DELGADO | REUTERS

El juez, que recibió una amenaza de bomba en su domicilio, decidirá a final de mes si le impone una multa millonaria

11 ene 2024 . Actualizado a las 21:08 h.

Donald Trump acudió este jueves al juzgado en el que se dirime la demanda civil contra él y  dos de sus hijos por fraude empresarial en Nueva York para escuchar los argumentos finales de la defensa. Horas antes, el juez que preside del caso, Arthur Engoron, recibía una amenaza de bomba en su domicilio.

«Este caso entero es una afirmación fabricada para perseguir una agenda política». Este era el resumen del alegato de la defensa, realizado por Christopher M. Kise, uno de los abogados de Trump. Según su versión, el caso no tiene evidencias que lo sustenten y buscaría imponer sobre el magnate una «pena de muerte corporativa» en el marco de una «caza de brujas» política.

Por su lado, la fiscala Laetitia James pide una sanción de 370 millones de dólares (cerca de 340 millones de euros) y que Nueva York impida que el magnate siga realizando negocios inmobiliarios en el estado. La fiscal presentó en el 2022 la demanda que acusa a Trump y sus compañías de inflar sus activos para conseguir condiciones de crédito favorables.

El juez Engoron consideró hace meses que el fraude está suficientemente probado y lo que resta del juicio se centra en definir las sanciones que se le impondrán y en comprobar si se cometieron otras ilegalidades. El juez espera tomar una decisión a finales de este mes.

Trump tuvo la oportunidad de intervenir. Lo hizo, a pesar de que el juez había dicho que no le dejaría convertir el juicio en un «acto de campaña». Afirmó que es «un hombre inocente» y que solo «quieren asegurarse de que no vuelva a ganar», y de paso aprovechó para atacar a la fiscala James, a la que acusó de no tener pruebas y de estar buscando un cargo. Afirmó además, que, de haber fraude se estaba cometiendo contra él. Al final, cuando empezaba a atacar al propio juez Engoron, este terminó quitándole la palabra y aconsejando a su abogado que le controlase.

La aceptación por parte de sus seguidores de la idea de que los juicios contra Donald Trump forman parte de una conspiración política quedó demostrada horas antes de que se celebrase la vista. Una carta dirigida a un medio local del condado de Nasáu en Long Island amenazaba con una bomba la casa del juez Engoron. El fin de semana pasado sucedió lo mismo con el domicilio de la juez Tanya Chutkan, al frente de uno de los casos contra Trump por sus intentos de revertir las elecciones. El día de Navidad el objetivo fue el fiscal especial Jack Smith, nombrado por el Departamento de Justicia para investigar a Trump en relación con su intento de mantenerse en el poder y de conservar documentos clasificados.