El día a día en Koh Samui: una cárcel «amable» rodeada de una playa de arena blanca y cocoteros

Claudia Prego, M.S. LA VOZ

INTERNACIONAL

Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, tras su detención en Tailandia
Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, tras su detención en Tailandia SOMKEAT RUKSAMAN | EFE

Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, seguirá en prisión provisional hasta su juicio por haber presuntamente asesinado y descuartizado al cirujano Edwin Arrieta

10 ago 2023 . Actualizado a las 10:42 h.

El complejo penitenciario de Koh Samui se encuentra en una zona tranquila de la isla que le da nombre. Alrededor de esta cárcel, definida como «amable» por el abogado tailandés de Daniel Sancho, hay varios resorts, un templo budista, cocoteros y una playa de arena blanca a poco más de un kilómetro. El hijo del actor Rodolfo Sancho se encuentra en prisión provisional por el presunto asesinato y posterior descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta.

La vida en la cárcel comienza a las seis de la mañana con un primer recuento. En las celdas no hay camas, tan solo mantas. Los reos están hacinados en espacios de cuatro metros cuadrados en los que duermen hasta 16 personas. Los baños están equipados con 16 duchas y dos lavamanos, donde se acumulan hasta 40 presos a la vez. A las ocho de la mañana suena el himno nacional, se reza y se hace un segundo recuento. Los presos se ponen sus uniformes (azul para los condenados y marrón para los que se encuentran en prisión preventiva) y comienza el desayuno: un cuenco de arroz y un caldo poco apetitoso. Los presos tienen permiso para pedir comida hecha fuera de las instalaciones, lo que les supone un coste de unos tres euros diarios.

Tras un tercer recuento, a las doce menos cuarto del mediodía, comienza la comida, que deja bastante que desear. A las dos de la tarde, se hace un nuevo recuento y los presos entrenan en el rudimentario gimnasio del centro. Tras el ejercicio, vuelven a pasar por las duchas, donde cada uno de ellos cuenta con un par de minutos para asearse.

Desde las tres de la tarde hasta las cuatro pueden leer, hablar entre ellos, o jugar al ajedrez o a la pelota. Después, deben regresar a sus celdas, momento en el que suele haber más problemas, ya que se realizan exhaustivos cacheos. Tienen permitido ver la televisión desde las cinco de la tarde hasta las nueve de la noche, momento en el que se impone el silencio y se acaba el día.

El «Hilton» de Bangkok

En el caso de que Daniel Sancho sea condenado, lo más probable es que sea trasladado a la cárcel de alta seguridad de Bang Kwang, denominada con sorna como el «Hilton», ya que sus «comodidades» están muy lejos de las del famoso hotel de cinco estrellas: hacinamiento de presos, escasez de alimentos, violaciones de derechos humanos... Diseñada para acoger a unos 3.500 presos, se estima que en la acualidad alberga a aproximadamente el doble de reos. Desde su apertura en el 1931, cuenta con muy mala reputación, y es conocida como una de las cárceles más brutales del mundo.

Hoy en día, otro español cumple condena perpetua allí: Artur Segarra, un caso de asesinato similar al protagonizado por Sancho.