El Gobierno lanza una resolución que perjudica frontalmente a los albergues gallegos

Cristóbal Ramírez CRÓNICA JACOBEA

GALICIA

Imagen de archivo de un grupo de peregrinos a su paso por Ribadiso, en Arzúa
Imagen de archivo de un grupo de peregrinos a su paso por Ribadiso, en Arzúa PACO RODRÍGUEZ

18 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La inauguración del albergue de donativo -el tercero en Galicia- en A Rúa constituye una excelente noticia para este país. Esa es la buena, porque la mala es que el Gobierno central se ha sacado de la manga (BOE del 3 de enero) una insólita resolución para declarar a algunos albergues «de acogida tradicional». Y toda la magnífica red pública de Galicia queda fuera. ¿La beneficiada? Desde luego, al menos Castilla y León. Y es que aquí cobramos una cantidad ínfima no tanto por recaudar sino para evitar gorrones puros y duros (y maleantes, por cierto, que alguno siempre se colaba en los caminos) y además no damos al llegar el abrazo al albergueiro o albergueira. A Madrid parece importarle poco que el modelo de albergues públicos gallegos haya sido copiado en países como Dinamarca y Creta, por decir dos extremos. La Xunta recurrió la resolución, y hay que cerrar filas con ella ante este nuevo aldraxe, en este caso contra el Camino.

Reunión a tres bandas

Días pasados tuvo lugar en Betanzos y en el pazo de Mariñán (en Bergondo) el primer encuentro entre las universidades de Durham y Newcastle (Gran Bretaña) por un lado y A Coruña por otro. Las tres, pioneras en la investigación del Camino Inglés, algo que ya comenzaron a hacer en el 2014 y que empieza a dar frutos, con la creación de una red universitaria a la que se unieron Dundee y Oxford. La Diputación coruñesa (dueña del mencionado pazo) y la Asociación de Concellos do Camiño Inglés se volcaron para que esas dos jornadas fueran un éxito. Las tres profesoras volvieron a tierras británicas asegurando que este era solo el primer paso y con varios proyectos en la mochila, entre ellos la elaboración de un libro, bilingüe, sobre monumentos en el Camino Inglés tanto en su inicio, en el nordeste de Inglaterra, como en A Coruña. 

Más caminos, por favor

La locura febril por llenar el territorio de falsos caminos de Santiago (Vía Céltica, Camiño do Taberneiro, A Orixe, el de Muros y Noia, el de Brandomil, Camino del Mar, Vía Küning, Variante Espiritual y tantos otros, hasta una treintena) ha llegado también a Portugal. No solo se lanza el camino de Torres Villarroel (un curioso personaje salmantino que desde luego no era un peregrino al uso) pretendiendo que sea itinerario jacobeo, a ver si cuela, sino que se quiere formalizar el protocolo de la creación del Caminho Portugués de Santiago de León de Rosmithal (siglo XV). Un ejemplo de hasta qué punto se puede ser revirado: parece ser que por donde pasó un peregrino hay que declararlo Camino, que ya son ganas de meterse un tiro en el pie. En Galicia y en Portugal.