La Fiscalía advierte que la violencia machista golpea más en zonas rurales

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Zapatos rojos contra la violencia machista en el colegio Calasanzas de A Coruña.
Zapatos rojos contra la violencia machista en el colegio Calasanzas de A Coruña. CESAR QUIAN

Un tercio de las agresiones suceden en municipios de poca población

22 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«Queremos visibilizar la necesidad de seguir combatiendo una realidad que desgraciadamente nos acompaña. Los indicadores en Galicia siguen aumentando con datos muy preocupantes». Lo advirtió hace unos días el fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes, al revelar que 7.365 mujeres fueron víctimas de violencia machista el año pasado en Galicia (un 5 % más que en el 2022), y tres de ellas fueron asesinadas por sus parejas o exparejas. Con esos y otros datos trabaja la unidad especializada en violencia contra la mujer de la Fiscalía General del Estado, que está analizando la influencia que tiene la ruralidad en la violencia machista. El estudio del departamento que dirige la fiscala Teresa Peramato evidencia que una víctima de violencia de género es más vulnerable si vive en una zona rural, donde la violencia machista golpea más.

«Hemos advertido las dificultades que tienen las mujeres de las zonas rurales para acudir a los recursos de apoyo, de acompañamiento y de auxilio para salir de la violencia, incluso para poner una denuncia», apuntó Peramato tras reunirse en A Coruña con los fiscales gallegos de violencia de género. El informe de la Fiscalía indica que el 28,8 % de los feminicidios cometidos e intentados en España ocurrieron en poblaciones de menos de veinte mil habitantes, donde es mayor la lejanía de los recursos de protección. Esa es una preocupación permanente en Galicia, donde son 289 los concellos de ese tipo, en los que reside el 46 % de la población de Galicia. «Tenemos que lograr que las mujeres rurales tengan los mismos accesos a los recursos que las de entornos urbanos», asegura la fiscala de violencia contra la mujer. Pero no parece tarea fácil.

El mapa que ilustra esta información revela las diferencias según el lugar de residencia. Por ejemplo, solo 53 de los 313 concellos gallegos están adheridos al sistema VioGén de seguimiento de casos de violencia de género. Para entrar en ese grupo hay que tener un número suficiente de policías locales (al menos cuatro), y muchos concellos no los tienen. Donde no los hay la única protección la proporciona la Guardia Civil. La de la seguridad es la diferencia más evidente con las víctimas de las ciudades. Un informe de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género ya advierte que «la seguridad de las víctimas se puede ver afectada por el hecho de que no haya cuerpos de seguridad de carácter fijo en sus localidades. Si a eso se le suma la distancia de los recursos de acogida y protección, el grado de inseguridad de la víctima en caso de emergencia se incrementa».

La falta de recursos dificulta la presentación de la denuncia contra el maltratador

Las mujeres que viven en entornos rurales son las principales afectadas por la dispersión geográfica porque tienen que salir de sus municipios para acceder a determinados servicios o recursos. El problema aumenta cuando son víctimas de violencia machista, pues tienen más dificultades para acceder a los recursos de acogida y de protección.

Esa falta de servicios especializados en el medio rural es uno de los factores diferenciales en la atención a las víctimas, como relata el informe de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. En ese documento se aporta un dato preocupante: la falta de recursos dificulta la presentación de la denuncia contra el maltratador y «desanima a las víctimas a iniciar los procesos de salida de la violencia». El mismo informe alerta del riesgo de que se produzcan situaciones de revictimización debido a la lejanía de los juzgados especializados en violencia sobre la mujer, de los abogados y de servicios que puedan transmitirles información sobre sus derechos.

Otro aspecto que se subraya en el informe muestra la distinta percepción que las mujeres del medio rural tienen sobre la percepción de lo que es violencia machista. En el trabajo de campo realizado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, un 33 % de las mujeres consultadas «tienen una percepción desajustada de lo que es la violencia de género, bien porque no consideran que este fenómeno esté relacionado con el hecho de ser mujer, o porque piensan que es un problema de pareja perteneciente al ámbito de lo privado».