Pedro Campos, músico y terapeuta: «Todo el mundo tiene ritmo»

GALICIA

Pilar Canicoba

Cubano afincado en Galicia sostiene que tocar un instrumento es incompatible con mantener otros pensamientos negativos

17 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

¡Vaya marcha lleva este hombre! Pedro Campos (Manzanillo, Cuba, 1972) conversa como el que baila. Músico y terapeuta, combina los dos conceptos de forma imaginativa y convincente. Reflexionen sobre esto: no se puede mantener el ritmo y concentrarse en otro pensamiento. Así que pongan un poco de ritmo en su cerebro y neutralicen esos pensamientos que les están haciendo infelices.

—Explique un poco eso que hace usted.

—Yo desarrollo un programa que se llama percuterapia de estimulación cognitiva y gestión y autorregulación emocional. Soy músico pero tengo un máster en neuropsicología, otro en deterioro cognitivo y formación universitaria en inteligencia emocional. Así que uso en mi trabajo la percusión corporal, la vocal, la tradicional... Y trabajo desde bebés a personas mayores. O que tengan alto nivel de estrés.

—Ahora tiene un programa con Afundación para trabajar en colegios de educación especial.

—Lo que hacemos son conciertos-taller. Se trata de generar momentos felices, emocionalmente agradables. Con la música y la percusión, que facilita conectar con los chavales de forma más directa.

—Los alumnos tocan.

—Y cantan y bailan. Así que es bastante divertido y ameno.

—Generar momentos de felicidad, qué maravilla poder hacer eso.

—No sé si conoce la psicología positiva: es una ciencia que estudia a las personas felices. Dice que la capacidad de ser feliz tiene un 50 % genético, un 10 % ambiental y el 40 % restante que se trabaja. Para ello hacen falta muchas herramientas. La música es una de ellas. Aquí todos lo pasan bien, los muchachos y los trabajadores, porque al final se suma todo el mundo. Deberíamos encontrar esos momentos a diario, porque protegen el cerebro. Y cuando el cerebro funciona bien, las emociones también funcionan bien.

—Usted sostiene que la percusión desestresa porque no se puede mantener el ritmo y concentrarse en un problema.

—Hay dos formas de atención: la sostenida y la dividida. La segunda es la capacidad de hacer dos cosas al mismo tiempo. Eso se consigue siempre y cuando una de esas dos cosas no sea nueva. Por eso la música es una buena herramienta. Si tocamos un instrumento no podemos hacer otra cosa y nos ayuda a dejar de pensar; nos permite romper cadenas de pensamiento.

—Es un buen sistema.

—Sí, para neutralizar esos pensamientos negativos sobre los que estamos dando vueltas como si estuviéramos en una rotonda. Una forma de romper ese círculo puede ser tocar un ritmo determinado.

—Y no pensar.

—Mire, nosotros tenemos entre 70.000 y 80.000 pensamientos diarios; la mayoría son pensamientos basura que no aportan nada, que nos cargan y que nos pueden causar estrés. Dejar de pensar puede ser bueno y se puede conseguir a través de un instrumento. Y la percusión es el instrumento más accesible porque todos tenemos ritmo, unos más que otros, sí, pero todos tenemos ritmo.

—Para usted seguro que es muy satisfactorio eso de proporcionar felicidad.

—Por supuesto. La sensación de hacer algo por los demás es una emoción muy agradable. Yo veo niños autistas que reaccionan a los estímulos, que te sonríen o simplemente te golpean. O que la terapeuta te diga que nunca le había visto hacer algo así. Eso es muy satisfactorio.

—Aparte de la terapia, ¿hace música por ahí?

—Sí, sí. Compagino las dos cosas. Yo estuve en varias orquestas y hace ya quince años que trabajo como showman, tocando, pinchando, haciendo animación... Haciendo fiestas.

—¿Hay una conexión entre Cuba y Galicia?

—La hay y es muy importante. Yo he participado en un proyecto en las dos orillas con una canción que se llama Al ritmo del alma y que fue presentada como un himno de la inclusión.

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—Conocí a unos cubanos que decían que sonaba «muy gallego» lo que tenía poco ritmo.

—Bueno, la música cubana tiene una métrica y, antiguamente, a los músicos gallegos les costaba entenderlo. Pero cuando yo llegué aquí me pasaba lo mismo con la música folklórica gallega. Insisto, todo el mundo tiene ritmo.

—Ya lleva el tiempo suficiente en Galicia para responder a esta pregunta: ¿Celta o Dépor?

—El único deporte que no me interesa es el fútbol.

—Dígame cómo es usted en pocas palabras.

—Soy flexible. Me cuesta mucho enfadarme, pero si me toca tengo impulsos descontrolados. Soy resiliente, lo he aprendido con los años.

—Defina Galicia.

—Es mi casa. No me veo viviendo en ningún otro sitio.

—¿Cocina algo?

—Espaguetis solo. Ahí estoy frito.

—¿Tiene un lugar favorito?

—¡Mi sofá! Trabajé muchos años en la noche y ahora ya salgo poco. Mi sitio preferido es el sofá.

—En su tiempo libre, ¿qué hace?

—Estudiar, hacer ejercicio y quedar con mis amigos. La amistad es tremendamente importante.

—Una canción.

Vivir mi vida, de Marc Anthony.

—¿Lo más importante en la vida?

—La familia, las amistades, las relaciones... Pero primero la salud. Si estás mal, estarán mal tu familia y tus amigos.