El infierno y el maltrato que sufrió Miguel Bosé

FUGAS

L. RICO | EFE

En el primer capítulo de la serie «Bosé renacido» el cantante repasa junto a sus hermanas los años en Villa Paz donde estalló la «guerra» entre sus padres

07 sep 2023 . Actualizado a las 13:10 h.

Aquellos que hayan leído El hijo del capitán Trueno, las memorias que hace solo unos años escribió Miguel Bosé, estarán situados en la historia que cuenta en Bosé renacido, la serie que ya se puede ver en Movistar+. Se acaba de estrenar como las ficciones de antes, ofreciendo un capítulo cada semana, pero el primero no deja indiferente. Miguel, tan alto como ancho, se enfrenta a las pesadillas de su infancia regresando 55 años después a un hogar en el que solo fue feliz libre en la naturaleza. Villa Paz podía haberse llamado Villa Guerra, porque en esa casa de campo, en la provincia de Cuenca, ardió literalmente la infancia de Bosé. Allí, aunque gozó de la tierra y de los animales, solo deseaba alejarse de sus padres. Así lo confiesa, junto a sus hermanas, Paola y Lucía, en esta serie en la que a corazón abierto, y sin perder el humor, vuelve atrás como única salida para caminar hacia adelante. «Mi madre fue la mujer que mi padre se merecía», «y mi padre el hombre que se merecía mi madre», expresa Miguel, que con ojos de chiquillo repasa detrás de los barrotes de la escalera de su casa las juergas flamencas que allí se taconeaban.

 

La figura del padre es tan dura en ese tiempo que cualquier psicólogo de hoy en día vería en sus actos un terrible maltrato a Miguel. El hijo que nunca estuvo a la altura del torero, del macho ibérico que cazaba mujeres como afición. Y Lucía Bosé, su madre, una intelectual de izquierdas que de la nada se convirtió en musa, tampoco sale bien parada en un retrato en el que aparece como un huracán capaz de cualquier cosa. «La noche que pilló a mi padre con su sobrina Mariví podía haber cogido la escopeta», viene a decir Miguel, que, pese a sus privilegios de niño bien, sufrió lo indecible en sus primeros años. Solo Reme, la tata que cuidaba de los tres niños, es su ángel de la guarda. Ella los educó y los salvó de una infancia que fue un auténtico infierno.