Yo Soy Ratón: «Los niños saben apreciar la música, no hace falta hacerla infantilizada»

FUGAS

Dice que hace canciones infantiles pero aptas para adultos. Tienen toques de reggae, world music, rock o funk. Se recogen en dos discos («Canción protesta» y «No soy un muñeco») que suenan y suenan en muchos coches familiares. Ahora toca oírlas en directo

05 oct 2018 . Actualizado a las 16:54 h.

Manu Rubio es músico, compositor, educador y psicomotricista. También padre. Con todo ese bagaje ha construido Yo Soy Ratón, un proyecto de música pop que se adentra en el mundo de los niños con una mirada también a sus padres. Este fin de semana debuta en Galicia. Mañana estará en Viveiro (Teatro Pastor Díaz, 18.30 horas, 5 euros adultos y 2, menores de tres años) y el domingo en A Coruña (Ágora, 18.30 horas, 6 euros adultos y 2, menores de tres años)

-Petit Pop, Alondra Bentley, Magín Blanco, ... Cada vez aparecen más grupos que hacen música para niños, poniendo el acento en la calidad e intentando gustar a los padres. ¿Hay una renovación?

-Afortunadamente, hay unos cuantos grupos así. De los que más tiempo llevan son Petit Pop. Me siento parte de esa corriente y muy orgulloso. Creo que es necesario. Somos gente que hemos hecho música siempre y, como la vida continúa y nos hemos hecho padres, educadores o trabajamos con niños, hemos visto una necesidad. Básicamente, se trata de ver a los niños como personas capaces de saber apreciarlo. Los niños saben apreciar toda la música, no hace falta hacérsela infantilizada.

-¿Y los padres, cómo se lo pasan en los conciertos?

-Está claro que los padres disfrutan viendo a sus hijos disfrutar, pero mi idea es que disfruten con ellos, no solo viéndolos disfrutar. Para ello se reivindica el directo. Muchos espectáculos infantiles consisten en música enlatada con personas haciendo teatro. Estas bandas que citabas son bandas de verdad. Ves a personas tocando instrumentos Eso es siempre enriquecedor.

-Dígame algo que sorprenda.

-Los padres vemos muchas veces que el hecho de disfrutar es bailar. No te das cuenta al principio de que estar sentado mirando puede ser valioso. Yo aprecio mucho eso. En directo yo me pongo cosas en las piernas, uso cascabeles y tengo un ritual. Un niño de tres años puede estar mirándote una hora sin pestañear. Pero luego me cuenta el padre, al día siguiente, que el niño estuvo toda la tarde imitándome, contando el concierto de principio a fin. ¿Ese niño ha disfrutado o no ha disfrutado? Claro que ha disfrutado, pero a su manera.

-Su gran hit es «Caca». ¿Cómo se le ocurrió algo así?

-Es la canción más esperada. En cuanto la anuncias, los niños se ponen todos locos. Tiene trasfondo. Hay niños que están en pleno control de esfínteres y esa es su realidad. Para ellos gritar «caca» es muy enriquecedor. Cuando son más mayores digo es que el tema de la caca no lo puedes controlar como un adulto. Es un tema madurativo. La canción gusta, pero en cada edad tiene una lectura.

-Habla de «canción protesta infantil». ¿Puede explicar el concepto?

-He utilizado el eslogan porque es muy llamativo. Cuando hice mi primer disco me di cuenta de que había muchas canciones que eran reivindicativas, pero en el mundo de los niños. No lo voy a llevar al mundo de los adultos. Es decir, aquí no se habla de violencia de género ni nada de eso. Su mundo, que es su familia, es el sitio en el que van a construir su personalidad y lo que les va a marcar de verdad. Pero hay veces que los padres no sabemos y yo, con estas canciones, pretendo dar voz al niño.

-¿Y cómo lo hace?

-Le puedes dar voz al niño a los tres días, haciéndolo sentir importante y dueño de su vida. Los niños necesitan alimento, sueño y cariño. Todos hacemos eso. La diferencia es cómo se lo damos. Por ejemplo, no es lo mismo alimentar a tu hijo mirando la tele o hablando por teléfono, que alimentarlo desde el cariño, mirándolo a los ojos, explicando lo que come y esperando a que se acerque a la cuchara.