El Colegio de Arquitectos rememora las lecciones de Alcalá: «Mis soluciones consistían en labrar el espacio»
FERROL CIUDAD
Firmó grandes obras como la rehabilitación de la Fábrica de Tabacos de A Coruña, pero también espacios privados y singulares, como el Pazo da Merced, en Neda, donde estaba su estudio
24 dic 2023 . Actualizado a las 14:34 h.Arquitecto decano de la Delegación de Ferrol del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia, manchego de nacimiento, gallego y ferrolano de adopción, compañero, amigo y maestro, nos ha dejado nuestro querido Alfredo Alcalá Navarro.
Con su nacimiento en el año 1940 en Ballesteros de Calatrava, provincia de Ciudad Real, la arquitectura española une a sus filas uno de sus mejores exponentes. Premiado en el año 2019 por el COAG en reconocimiento a toda una carrera dedicada a la arquitectura, a lo largo de la cual contribuyó a mejorar nuestro territorio con obras tan destacadas como la Iglesia de la Magdalena en Cabanas (1966), las viviendas en Fonte da Cruz en Narón (1969), la imprenta Santa Rita en Narón (1971), las viviendas de Breogán en Ferrol (1974), las viviendas para ingenieros en As Pontes (1978), la rehabilitación del Ateneo Ferrolán (1985-2011), la Facultad de Humanidades en el Campus del Ferrol (1996), la rehabilitación del Hospital de San Roque en Santiago (2001), la vivienda en Doniños en Ferrol (2006), la rehabilitación de la Real Fábrica de Tabacos en A Coruña (2013), y como no, la que fue su casa, su estudio y su vida, la rehabilitación del Pazo de la Merced en Neda.
Lúcido, ingenioso, trabajador, generoso e incansable, siempre combativo y a contracorriente. Desde el año 1984 fue profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña, en el departamento de proyectos arquitectónicos, compartiendo con cientos de nosotros su manera de entender la arquitectura.
El pasado mes de noviembre nos acogía en La Merced para realizar la grabación de su entrevista por los 50 Años del Colexio de Arquitectos de Galicia; y en su hogar, en su biblioteca, nos daría una última lección acerca de su obra, que recogemos en sus propias palabras: «Yo, cuando estaba en la Escuela, estaba empeñado en una cosa que no nos habían enseñado nunca. Un material que es el fundamental de la arquitectura, como sabemos todos, que es el espacio y la luz. Entonces yo, el espacio y la luz lo contemplaba en sitios tan extraños como eran las antiguas cavernas. Alguna de las propuestas que escandalizaban a Carvajal que hacía yo como solución es enterrar los edificios, iluminarlos con patios, lucernarios,… Los espacios, como la escultura, pues había que tallarlos, había que socavarlos, teníamos que conseguir, teníamos que pensar, que el espacio no era una cosa que se hacía, sino una cosa que resultaba de socavar. Entonces eso lo entendían muy mal mis compañeros y Carvajal se reía… Mis soluciones consistían en labrar el espacio».
Hasta siempre Maestro.