Couce Fraguela

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro CAFÉ SOLO

FERROL

Ramón Loureiro

03 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El reconocimiento, por parte de la Academia Galega de Belas Artes, de la contribución de José Manuel Couce Fraguela al mundo de la música (reconocimiento que se plasma en la concesión de la Medalla de Plata de la institución) tiene una dimensión y una trascendencia que, en mi opinión, no deberían pasar desapercibidas. En primer lugar, porque reconocer la importancia de la trayectoria musical de Couce es también rendir tributo a la música tradicional de Ferrol y, de manera muy especial, a cuanto tiene que ver con el mundo de las rondallas. Pero además, y en última instancia, porque la medalla concedida por la Academia es, sobre todo, el homenaje a una persona, José Manuel, en la que se encarna, de manera especialmente luminosa, el espíritu de ese Ferrol inmortal que, al mismo tiempo que una isla en tierra, también es, como Cardoso Pires dijo de Lisboa, una ciudad que navega.

Couce, que es de Esteiro (barrio creado en el siglo XVIII para albergar a los primeros trabajadores de los Arsenales, y que desde entonces ha tenido una personalidad propia muy marcada, cuya huella resplandece en el mundo del arte), nació en una familia extremadamente humilde, que pagó muy caro su compromiso con la libertad. La música ha sido una de las columnas centrales de su vida. Pero él, al mismo tiempo, ha impulsado toda clase de iniciativas culturales. Tanto Couce como su esposa, Cany, son verdaderos pilares de la cultura de un Ferrol, de este Ferrol donde Europa comienza, que siempre ha amado la poesía, la arquitectura, la historia, las artes plásticas y, naturalmente, cantar. Y, cantar, por supuesto, muy bien.