El desafío de valorizar lo que se produce

FAI GALICIA VERDE

La Voz

En Galicia, Sogama y Sogarisa se ocupan de la gestión de los residuos urbanos e industriales más peligrosos

05 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En el centro de la diana, un desafío que aúna la vertiente profesional, social y medioambiental. Y que persigue valorar la mayor cantidad de lo que se genera. De lo que sale de los hogares gallegos, pero también de lo que se produce desde el ámbito industrial. En materia de gestión de residuos, Europa lleva la batuta, pero en Galicia, Sogama y Sogarisa llevan años haciendo los deberes para ponerse al día en materia medioambiental. En una de las sesiones de las Jornadas de Sostenibilidad organizadas por La Voz, tanto el presidente de Sogama -Javier Domínguez- como el director general de Sogarisa -Antonio Roncero-, coincidieron en señalar la misma tecla: la de la concienciación. «Es nuestro ADN desde el inicio», señaló Domínguez. Desde el organismo que preside, apuntó, «estamos desarrollando un plan estratégico que pasa por la implantación de nuevas infraestructuras». Entre ellas, mencionó, las tres nuevas plantas de compostaje que tienen previsto impulsar -una por provincia- en Cervo, Verín y Vilanova. «Y que complementarán a la de Cerceda», apostilló. Se harán, dijo, con el objetivo de «ayudar a los concellos a la implantación del quinto contenedor, el marrón, de materia orgánica».

Además, Sogama transformará cinco microplantas que, hasta el momento, únicamente trataban los residuos depositados en los contenedores verdes. «Vamos a hacer cinco nuevas y a incorporar el contenedor amarillo y el marrón. Y en otras siete de transferencia haremos algunas modificaciones para implantar el quinto contenedor», resumió Domínguez. De ese modo, Galicia contará con 13 plantas de transferencia «para que los concellos puedan depositar allí la materia orgánica». La inversión comprometida para este fin supera los 35 millones de euros. Quedarán atendidos 280 de los 295 municipios con los que opera Sogama. El resto, explicó Domínguez, «son municipios pequeños que harán compostaje doméstico y comunitario». Sogama se adelanta así a las directrices europeas que determinan que, a partir del año 2023, los municipios deberán cumplir, de forma obligatoria, con la recogida selectiva de la materia orgánica. En total, en los últimos cuatro años, el organismo ha ejecutado una inversión de 45 millones de euros.

La legislación exige a las plantas de gestión de residuos una renovación constante. Y también el desembolso de fuertes sumas de inversión. Para Sogarisa, relató su director general, la estrategia es clara: «Intentamos tener las mejores instalaciones, tratamientos y mejores tecnologías. Este un mercado muy dinámico, muy cambiante. Lo que hoy es imposible, en un par de años es abordable y eso requiere inversiones fuertes porque estamos hablando de modificaciones industriales que llevan asociados períodos de modificación. Son costosas y hay que amortizarlas». Por ello, Roncero reclamó que «haya un desarrollo normativo paralelo que lo vaya facilitando» porque «muchas veces lo que hoy se puede hacer no es abordable». Todo eso, insistió, «requiere un esfuerzo por parte de la Administración a la hora de ir adecuando el marco regulatorio de las infraestructuras».

Los efectos de la pandemia

Como servicios esenciales que son, los gestores de los residuos no se han librado de los efectos de la pandemia. Así, en el caso de Sogama, al trabajo ordinario se sumó el tratamiento de residuos sanitarios de bajo riesgo como guantes, buzos o mascarillas. «Primero iban a dos trituradoras y después a combustión, a una caldera a 850 grados, para que los posibles patógenos desapareciesen. Así hemos estado durante las cuatro olas del covid-19 y hemos tratado más de 285.000 kilos de residuos sanitarios». En el caso de Sogarisa, indicó Roncero, se notó «el incremento de todo tipo de materiales industriales, pero sobre todo procedentes del ámbito de la química farmacéutica. Sí se ha percibido ese aumento de cantidades en este último año».