Marruecos retrasa abrir las aduanas de Ceuta y Melilla por problemas técnicos

Manuel Costoya
M. C. Cereijo REDACCIÓN

ESPAÑA

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en su reunión con el primer ministro de Marruecos, Aziz Akhannouch.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en su reunión con el primer ministro de Marruecos, Aziz Akhannouch. Jalal Morchidi | EFE

Albares, de viaje oficial a Rabat, insiste en que «ya está todo listo»

20 dic 2023 . Actualizado a las 18:28 h.

Las relaciones con Marruecos siempre han sido un terreno espinoso lleno de altibajos. El Gobierno de Pedro Sánchez dio, durante la pasada legislatura, un importante golpe de timón al posicionarse del lado de Rabat en el conflicto del Sáhara Occidental, una decisión unilateral que provocó las críticas de la oposición y de Podemos, sus socios de Gobierno por entonces. Tras la constitución del nuevo Ejecutivo el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, eligió al país africano para realizar su primer viaje institucional, un encuentro lleno de apretones de manos y con pocos resultados claros. El viaje del ministro fue un movimiento calculado para reactivar la hoja de ruta pactada en abril del año pasado por el rey Mohamed VI y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que puso fin a un largo período de desencuentros. Uno de los puntos destacados de la agenda de temas pendientes entre los dos países es la reapertura de las aduanas entre Ceuta y Melilla para comenzar a operar cuanto antes. España tiene ya «todo listo» para llevar este objetivo a cabo, según destacó Albares, pero Marruecos rebajó las expectativas. Todavía hay que solucionar problemas técnicos.

Albares habló de este tema con el presidente del país africano, Aziz Ajanuch, en un encuentro que inicialmente no estaba previsto y también con su homólogo de Exteriores, Naser Burita, con quien compartió luego una larga rueda de prensa. En esta comparecencia informativa Albares señaló que «todo está listo para que puedan empezar a operar. No son necesarias más pruebas piloto». Pero Burita no ve viable la apertura de las aduanas con las dos ciudades autónomas a corto plazo. Según recalcó, no se trata de un problema de compromiso o político sino de «implementación técnica» en el que están trabajando los expertos. En este sentido, confía en que «en los próximos meses» se pueda alcanzar «este objetivo común».

El ministro marroquí dijo que se «avanzó bastante» en este punto en concreto gracias a las experiencias piloto que han permitido detectar «cuáles son los aspectos que hay que desarrollar más». Además, quiso dejar claro que tanto Marruecos como España no quieren una vuelta a la situación anterior en la que había «prácticas inaceptables» y que «no era satisfactoria para ninguno de nosotros», en referencia al llamado comercio atípico que se producía a ambos lados de la frontera, que cruzaban diariamente miles de personas.

Aguas territoriales

Los dos ministros también trataron otro asunto polémico. La delimitación de las aguas territoriales en la fachada atlántica, un tema controvertido que preocupa especialmente al Gobierno canario, preocupado por los anuncios de Rabat de realizar prospecciones petrolíferas cerca de las islas. Burita se comprometió a que Rabat no adoptará «medidas unilaterales» en esta nueva etapa de relación con España ni «ningún tipo de acción sorpresa. Todo se resuelve mediante el diálogo y la cooperación», aseguró. Albares, por su parte, anunció que habrá un representante del Ejecutivo canario en todas las reuniones que se mantengan sobre esta cuestión.

Tanto el ministro español como su homólogo marroquí pusieron de relieve la «excelente» cooperación que hay en materia migratoria y de lucha contra las mafias de tráfico de personas. Albares reconoció que en los últimos meses «se ha producido un pequeño incremento» en las llegadas de inmigrantes irregulares procedentes de Marruecos pero resaltó que se partía de «cifras muy bajas el año anterior». Contrapuso estos datos, pese al aumento de las llegadas a Canarias donde han superado los niveles del 2006 con la crisis de los cayucos, con los de la ruta del Mediterráneo Central hacia Italia o los del Mediterráneo Oriental hacia Grecia. «La colaboración con Marruecos es excepcional y da resultados», dijo. Albares atribuyó el aumento en las llegadas a Canarias en buena medida a la «inestabilidad en el Sahel. Los inmigrantes no provienen de Marruecos», aseguró.